Uno de los puntos claves en el estilo de juego del Alajuelense de Andrés Carevic, es contar con una buena gramilla, que deje desarrollar su estilo de fútbol de profundidad y juego por las bandas.
La cancha del estadio Morera Soto se acopla a la perfección a esa visión, pero ¿qué sucede cuando toca a ir estadios con campos muy diferentes, como el del Colleya Fonseca en Guadalupe? Estadio a donde este sábado le toca enfrentar al Herediano
Le hicimos la consulta de manera puntual al entrenador y le preguntamos cuáles son las variantes que le toca aplicar en un caso de esos, cuando la cancha no es necesariamente una aliada, como le sucedió también en el estadio Chorotega de Nicoya en la fecha cuatro
LEA MÁS: Andrés Carevic podría tener en la mano el destino de un viejo conocido
“A lo mejor son canchas en las que hay que tomar menos riesgos, ser más más prácticos, sin que eso signifique que no vamos a mantener nuestra esencia, nuestra idea. A veces lo que pasa es que no podés arriesgar balones como a lo mejor arriesgás en una cancha buena con el balón, que la cancha está en buen estado y podés arriesgar jugadas porque sabés que el campo de juego está bien.
“De que nosotros vamos a cambiar totalmente el modelo de juego, de lo que tenemos, no. Eso no. Seguramente ajustaremos lo que tengamos que ajustar para seguir manteniendo nuestra línea y tomar los menores riesgos posibles” explicó.
Carevic reconoce que no es fan de las canchas sintéticas, pues algunas causan mucho daño al jugador y que ni siquiera entrenan en una para ir a jugar un partido con ese tipo de grama, por que lo ve hasta un poco inútil entrenar dos días en una y después no seguir.