Unos meses atrás, en un capítulo de una serie que es preferible contemplar con pañuelos en mano, el hombre de esta historia decía a carne viva: “¿Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado? Yo me considero afortunado, muy afortunado. Mi hija Xana vino a vivir con nosotros nueve años maravillosos. Tenemos mil recuerdos de ella, videos, cosas increíbles...”. Luis Enrique, el hombre, el futbolista, el entrenador. Pero por sobre todo, el padre.
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En agosto del 2019, Xana, la hija menor del técnico de PSG y su esposa, Elena Cullell, murió a causa de un osteosarcoma, un tipo de cáncer que afecta a los huesos y que perjudica especialmente a los niños. Por esta situación el entrenador dejó su cargo en la selección de España, que había quedado en manos de Robert Moreno, su ayudante.
Y continuó: “Mi madre no podía tener fotos de Xana. Hasta que llegué a casa y le dije: ‘¿Por qué no hay ninguna foto de Xana, mamá?’ ‘No puedo, no puedo...’, decía. ‘Mamá, tienes que poner fotos de Xana, Xana está viva’, le contesté. En el plano físico no está, pero en el plano espiritual está. Porque cada día hablamos de ella, nos reímos y recordamos. Porque yo pienso que Xana todavía nos ve. ¿Cómo quiero que Xana piense que vivimos esto?”, contó Luis Enrique, en un conmovedor testimonio.
La vida sigue. La vida, para Luis Enrique, también es el fútbol. Suerte de ganador... de esa vida (si es que eso es posible), acaba de consagrarse con PSG en la liga francesa y este sábado conquistó la primera Champions del cuadro parisino. Sin Leo Messi, Neymar y Mbappé, que ahora mismo vuelven al presente. Los jugadores lo arrojan al aire: allí debería quedarse por un largo rato, pero vuelve al césped, a la tierra, donde no para de ganar, con un estilo audaz y desfachatado.
Tras conquistar este sábado la Orejona, también tuvo palabras para su pequeñita.
“Xana está con la familia y con todos sus amigos, se gane o se pierda. Uno esté de buenas o malas, pero cuando uno ama, está siempre. Seguro estaría aquí corriendo, aunque sería mayor. Cuando hace feliz a tantos aficionados, es bonito”.
“Recuerdo una gran foto que tengo con ella en la final en Berlín donde clavamos la bandera del Barcelona en el campo. Espero hacer lo mismo ahora con el PSG. Mi hija no estará aquí físicamente, pero seguro lo hará de forma espiritual. Y eso, para mí, es muy importante”, había dicho antes del duelo.
De hecho, antes del pitazo inicial, los hinchas parisinos sacaron un tifo con una ilustración de padre e hija clavando una bandera en el centro del campo.
No es el único
El sábado, antes del inicio del partido en Múnich, Sira Martínez, hermana mayor de Xana publicó en sus historias de Instagram la imagen de un fiebre, luciendo una camiseta del PSG, con el número 9 y el nombre de la niña en la espalda.
Sira llegó a Múnich, la ciudad alemana, para apoyar a su papá, junto a su mamá Elena Cullel y su hermano Pacho. Los 4 se encontraron cuando al entrenador asturiano le dieron la primera Orejona del PSG.
Luis Enrique acumula una gran cantidad de palmarés: campeón de la Champions, del Mundial de Clubes, de la Supercopa de Europa, de la Liga de España (dos), de la Copa del Rey (3), de la Supercopa de España, todo con Barcelona. Campeón de la Supercopa en Francia, el título de ahora, el de la temporada pasada. Y los que vendrán...
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