Brumoso le hizo el pique al programa “Overhaulin” y transformó su Ford F-150

Johnny Jiménez Masís es un fiebre de los motores y decidió crear su propia versión del famoso programa “Overhaulin” donde un equipo de mecánicos y diseñadores transforman vehículos obsoletos y descuidados en automóviles únicos hechos al gusto del cliente.

“Overhaulin” era un reality estadounidense de automovilismo que tuvo cinco temporadas que fueron transmitidas por TLC entre el 2004-2009. El programa sigue estando disponible a través de repeticiones. En el 2012 volvió para otras temporadas de la mano de WATV Prods, en el canal de Discovery, Velocity, y finalizó en el 2015.

Johnny lo hizo en su natal Cartago, sin cámaras ni equipos de producción apoyándolo y basado en su talento para la mecánica, transformó por completo un Ford f-150 del año 1990, que tiene un motor B-8 5.0 inyectado de gasolina.

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Para la transformación le trajeron piezas especiales de Estados Unidos, como la MSD, la parrilla de frente es de un Ford Racing, así como los focos. Además lo pintó en un taller de primera linea llamado Repaut.

“En Repaut se desarmó y se le hizo el mismo trabajo que le hacen en los carros en ‘Overhaulin’, ya que el carro queda en chasis pelado y se empieza a armar. Es una meta que tenía desde hace años porque soy muy fanático de los autos. He tenido varios carros, pero este se convirtió en mi proyecto especial, sobre todo porque me gusta el carro tipo americano”, confesó Jiménez.

“Se lo compré a un amigo mío, el carro era blanco y él lo tenía bien cuidado porque lo andaba rodando pero decidí hacerlo nuevo prácticamente. Lo compramos barato, lo adquirí para meterme de lleno con ese capricho y quedó mejor que nuevo, con piezas mejores que las de fábrica”, sacó pecho el brumoso, quien es dueño de la Ferretería Jiménez, carretera al volcán Irazú.

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Este chineo no es nada barato, la inversión para dejarlo así de bonito fue de alrededor de $30 mil (¢18 millones). El proceso para restaurarlo tardó 3 meses.

“El detalle del carro que más me gustó fue el tono de la pintura. Yo tengo 39 años y me había prometido que cuanto tuviera 40 años empezaba con el proyecto, pero hace un año me apareció la oportunidad de comprarlo y lo metí a pintar y ahí empezamos con toda esta loquera. Hace seis meses que el carro quedó completo”, recordó don Johnny.

La salvada que se pegó es que la misma gente del taller le conseguía los repuestos que él quería.

“Yo quería hacerlo tal y como lo hicimos, dejarlo con la forma original, pero mejorado en la parte estética y mecánica. Tampoco quería llegar al extremo de meterle motor o transmisión nueva, por eso le dejé lo mismo pero tan bien trabajado que parece que viene saliendo de agencia. Ya había tenido un carro similar, pero no lo restauré, por lo que quedé mordido”, reconoció.

Jiménez recordó emocionado que cuando se montó después de hacerle todo el cambio, sintió un cambio radical en todo con respecto al sonido y la potencia.

“Lo usamos entre semana para hacer mandados, lo tenemos como parte de la familia. En la familia solo yo soy así de fiebre y aunque mi papá me apoya mucho, él no es tan fiebre como yo. Desde que estaba chiquillo estos carros me han encantado, para mí son lo mejor”, finalizó.