Deportes

Carrera universitaria salvó a exjugador de sufrir los abusos del fútbol

Paulo Rodríguez pateó la pecosa con Liberia, la UCR y Uruguay de Coronado, actualmente trabaja como nutricionista del Cartaginés

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La carrera de Nutrición no solo alimentó el orgullo y el espíritu de Paulo Rodríguez, sino también de cuerpo y los ingresos cuando las cosas se le complicaron en el fútbol.

Gracias a los estudios, Pablo no tuvo que retirarse de las canchas con una mano atrás y otra adelante como les sucede a muchos de sus colegas, ya que logró un espacio laboral como nutricionista en el Club Sport Cartaginés.

Cuando Rodríguez se dedicó a patear la pecosa con equipos como Turrialba, en Liga de Ascenso, Uruguay de Coronado, la UCR y Liberia en la primera división, Paulo no desaprovechó el tiempo y logró sacar la carrera en cinco años, por lo que reforzó las bases de una profesión que le permitiría defenderse por el resto de su vida y de la cual ya empezó a saborear sus frutos.

Desde mayo, y por recomendación del extécnico brumoso Paulo Wanchope, Rodríguez llegó a la Ciudad de las Brumas a encargarse de tener con el peso ideal y con una alimentación adecuada a los paperos. Además de aportar sus conocimientos en nutrición, Pablo tiene la ventaja que sabe muy bien qué necesita un futbolista porque hasta hace tan solo un año era uno más de ellos.

“Tengo esa experiencia deportiva y sé lo que es estar en un camerino, así como qué se necesita comer antes y después de un partido o de un entrenamiento para estar en óptimas condiciones”, explicó Paulo.

Debido a sus estudios, Rodríguez puede identificar los errores más comunes que comenten los futbolistas y que él también cometía antes de estudiar, por lo que ahora tratará de erradicarlos para que el conjunto papero esté puras tejas.

"Le doy asesoría individual a cada jugador y mensualmente se les lleva control de su masa muscular y el porcentaje de grasa. Además aplicó un tema importantísimo que yo sabía que en el fútbol nacional no se usaba, con respecto a lo que sucede después del entrenamiento, ya que muchos jugadores terminan de entrenar y se van a la casa a dormir o hacer determinada cosa, pero omiten la alimentación, lo cual es un error.

“El jugador cuando va a descansar, se levanta tarde y busca qué comer, lo cual es contraproducente para una adecuada recuperación. Lo ideal es darles primero un desayuno porque muchos, especialmente jóvenes, vienen a entrenar sin desayunar. Ahora, después de cada entrenamiento se les dan un almuerzo al los jugadores, el cual se va variando”, explicó Paulo.

En el menú se les sirven carnes rojas, blancas, pescado y carbohidratos. La dieta se adapta a los futbolistas, ya que los deportista tienen necesidades diferentes a una persona común.

Al trabajar y pulir estos temas se puede observar mejoría en el rendimiento en la cancha, ya que un equipo que no esté trabajado de manera correcta su nutrición no puede realizar los trabajos de presión de 60 minutos por partido que a muchos entrenadores les gusta aplicar.

Fútbol con otros ojos

Llegar al Cartaginés para trabajar en un campo para el que se preparó por años, le permitió a Pablo cambiar la perspectiva sobre el fútbol, ya que su última experiencia en este deporte, con en el Municipal Liberia fue muy ruda por la falta de pagó, al punto que salió unos meses antes de que descendiera porque sabía que la situación era insostenible.

"La parte académica me ayudó mucho, sobre todo para analizar cosas que muchos jugadores no ven. Yo sabía que tenía mi carrera y aunque no la estaba ejerciendo al 100%, sabía que contaba con un respaldo.

Me dije que no podía seguir viviendo mis últimos años de fútbol en equipos que iban a descender o en muy malas condiciones o viendo a compañeros desesperados porque quedaron en muy mala situación económica y sin dinero para mantenerse o salir de las deudas. Esa es la parte dolorosa y dura del fútbol", destacó.

Gracias a su carrera, Rodríguez no se tuvo que aguantar a los directivos abusivos que se aprovechan de la poca formación o necesidades de los jugadores para mantenerlos ligados al equipo en espera de que les paguen lo que les deben.

“En Liberia, yo ya tenía mi grado de licenciatura por lo que atendía pacientes en una clínica que alquilaba, lo cual me permitía tener otra entrada de dinero y no depender del pago del equipo.

“Desafortunadamente, el jugador de fútbol se acostumbra a que lo traten mal y le deban dinero o no le cumplan el contrato. Lo malo es que muchos directivos lo saben y se aprovechan de todo eso, al punto que les dicen a los jugadores: “No se qué va hacer usted, como no sabe hacer otra cosa va a tener que acostumbrarse. Todo esto es muy triste y pasa en el fútbol, lo cual socava la integridad, el ánimo y hasta el rendimiento del futbolista", explicó Rodríguez.

Paulo ya pasó por donde asustan, pero supo aprovechar el tiempo y se preparó para encarar el futuro con dignidad y orgullo. Es por eso que les recomienda a los jugadores que traten de ver más allá del momento deportivo y se decidan a prepararse para lo que tendrán que afrontar cuando llegue el retiro.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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