Deportes

Cazatalentos argentino: donde pone el ojo, pone un crack

Carlos Tevez, Fernando Redondo y Esteban Cambiasso son parte de los talentos que descubrió Ramón Maddoni

EscucharEscuchar

Ramón Maddoni es una leyenda entre los cazadores de talentos. Donde pone el ojo, pone el crack.

Carlos Tevez (Boca de Argentina, Manchester United y City y Juventus de Italia), Fernando Redondo (Real Madrid y Milan) y Esteban Cambiasso (Real Madrid, Inter de Milán) son algunos de los suyos. Hay más de 100 en la lista.

Maddoni apunta con el dedo y dispara la frase: “Mire ese pibe, es un fenómeno”, mientras señala a un melenudo flaquito que maneja la pelota como un Lionel Messi miniatura, en un partido de infantiles, en una cancha de la capital argentina.

Con memoria de elefante, Maddoni nombra su asombrosa nómina de discípulos. Cita a Juan Pablo Sorín (PSG francés, Juventus, Hamburgo alemán) y Nicolás Gaitán (Benfica portugués, Atlético de Madrid). Imposible nombrar a todos, parece la guía de teléfonos.

“Aquí el semillero no se agota nunca, pero aún el más dotado tiene que aprender”, dicta cátedra. Su mayor orgullo es la colección de estrellas descubiertas.

Dos canchas con piso de cemento arden de pasión con los chiquilines de 6 a 12 años. Los minijugadores gritan goles con todo el cuerpo y el alma. El maestro sonríe y da un veredicto: ”¿Vio a ese otro, el rubiecito? Tiene pasta. Hay que explicarle cómo pararse mejor atrás y tocar más rápido”.

Maddoni es bajito, usa gafas de armazón grueso que resaltan sus ojos. Peina canas, calza zapatillas y viste ropa deportiva con el escudo de Boca Juniors.

Hace 24 años que también trabaja en infantiles del popular club xeneize. Un día lo vino a contratar en persona su presidente, Mauricio Macri, ahora presidente de Argentina.

Parque (donde entrenan) es su casa. Recibe saludos, abrazos y besos a cada paso.

Con 77 años a cuestas se para en los bordes del rectángulo de 40 por 25 metros, donde esos locos bajitos se disputan el balón encarnizadamente. Ya no hay padres que les digan que “se dejen de joder con la pelota”. Al contrario, acuñan la ilusión de tener en casa un Messi o un "Kun" Agüero.

El chiquito melenudo, con chaleco naranja, gambetea a tres que tienen las de color verde y sacude la red. Un pichón de Messi.

“A (Fernando) Gago (Roma, Real Madrid, Boca) me lo trajeron a los 6 años. Le puse Pintita por su postura elegante, ¡es un jugadorazo!”, ríe el maestro.

Los técnicos más jóvenes sientan a los chicos en ronda para la charla técnica.

“Este ‘laburo’ (trabajo) me salvó la vida, a los 37 años, cuando tenía una depresión muy grande por mi divorcio”, relata una intimidad. Le hizo dejar el póker y las carreras de caballos. Ahora vive solo y cerca del club.

Antes formaba cracks en Argentinos Juniors, la cuna de Diego Maradona. De abuelos italianos y hogar de trabajadores, Maddoni dejó un día el negocio de compra y venta de carne para ser cazatalentos. Ni Boca ni Parque se parecen a La Masía del FC Barcelona, pero son escuelas de campeones.

“A Riquelme (Barcelona, Villarreal y Boca) lo vi a los 8 años. A Tevez lo fui a buscar a Fuerte Apache (barrio pobre y violento). ¡El pase costó 20.000 pesos (900 dólares)!", disfruta la comparación con las montañas de dinero que se pagaron después.

¿Cuál es su secreto? le preguntamos.

"Me doy cuenta enseguida si el pibe es bueno, o no. Por cómo se para, cómo lleva la pelota", aseguró.

Maddoni atraviesa un corredor. Las paredes están abarrotadas con camisetas que le regalaron los jugadores. Se toma un café y vuelve despacio a la cancha. Arrastra un resfrío rebelde y está convaleciente de una operación de riñón. Pero el cazador no se rinde.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.