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Conozca el día que nació la leyenda del Barcelona de Messi y Guardiola

Fue el comienzo de una era brillante, la de los seis títulos en una misma temporada.

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Hace exactamente 11 años, el 2 de mayo de 2009, se jugó un partido que marcó para siempre las carreras de dos ídolos del Barcelona.

Uno, en la cancha, el argentino Lionel Messi. El otro, desde la raya, el entrenador Josep Guardiola. Un movimiento táctico, un cambio de posición para el que entonces era una figura emergente en el fútbol mundial, con apenas 22 años, fue el punto de quiebre para la creación de uno de los mejores equipos de la historia.

Nacía el falso ‘9’. Ya Guardiola, desde antes de ese 6-2 frente al Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, había notado lo que Messi podía darle. Y por eso lo mimaba. Antes de su llegada, Leo no se había consolidado del todo como la gran figura que era. El líder en la cancha era otro, Ronaldinho Gaúcho. Pero cuando Guardiola asumió, anunció que no contaría con el brasileño, que en ese verano del 2008 jaló al Milan.

Pep comenzó a buscarle a Messi la posición en la cancha en la que mejor le funcionara. Incluso, recién llegado, tuvo que decidir: Leo quería ir a los Juegos Olímpicos con Argentina y el Barcelona no quería cederlo. Guardiola comenzó a hacer gestiones. Primero habló con los directivos para convencerlos de que lo prestaran, que eso podría tener beneficios para todos.

Y luego habló con Messi: “Voy a permitir que vayas porque yo he sido campeón olímpico y quiero que tú también lo seas. Pero me debes una”, reporta Guillem Balagué, en la biografía de Guardiola que él escribió.

Barcelona contaba, en aquél entonces, con dos ‘9’, el francés Thierry Henry y el camerunés Samuel Eto’o. Pero la idea con Messi era otra. Y la vino a aplicar en un partido en el que se jugaba el título de liga, y en medio de los dos partidos de la semifinal de la Liga de Campeones contra el Chelsea de José Mourinho.

“Quiero esa presión. Es nuestra y la quiero. Y si algo pasa y perdemos, que así sea. Es una final, y las finales deberían jugarse con ambición”, declaró Guardiola antes del duelo con el Madrid. Ya tenía una idea en la cabeza.

El cambio, “Pep me llamó un día antes del clásico y me hizo venir a la ciudad deportiva para comentarme que íbamos a cambiar la posición. Había estado mirando partidos con Tito Vilanova y habían decidido hacer algo nuevo”, dijo Messi en “Take the Ball, Pass the Ball”, un documental de 2018 en el que se repasó la gloriosa era de Guardiola en el Barça.

En esa misma producción audiovisual, Xavi Hernández explicó la filosofía del técnico al hacer esa modificación. “Guardiola cambió el sistema y les dijo a Henry y a Eto’o que jugaran entre lateral y central. Analizando los movimientos de los centrales del Real Madrid, Pep se había dado cuenta de que nunca salían a presionar al número nueve de cualquier equipo.

"La superioridad numérica la hicimos con el falso ‘9’, que venía con Messi a incorporarse al medio. Siempre éramos uno más para tener el balón y teníamos superioridad numérica durante todo el partido”. En la biografía de Guardiola se menciona otro momento de la preparación de ese partido, un reunión del DT con Messi, Xavi y Andrés Iniesta, hora y media antes del partido.

“Ustedes tres contra Lass (Diarra) y (Fernando) Gago. Sé que pueden. Si hacen bien el tres contra dos, habremos ganado el partido”, les dijo.

El Barça comenzó perdiendo ese juego, con gol del argentino Gonzalo Higuaín. Pero Pep estaba más que convencido de lo que había planeado.

“Fue algo nuevo para el Real Madrid. Nos tenían muy estudiados y en ese momento no sabían si salir. Tuve libertad cuando me tiraba para atrás y cuando salían los centrales, Samuel y Henry ‘picaban’ al espacio y así vino el primer gol de Henry”, recordó Messi. Funcionó. En la asistencia de Messi ocurrió exactamente lo que quería el entrenador.

"Leo retrasó la posición e hizo dudar a los centrales. Yo me desmarco al espacio, Samuel se mueve al otro lado y funcionó”, dijo, a su vez, Henry.

No fue lo único que preparó para ese partido. El segundo gol lo entrenó con tres jugadores a solas, Xavi, Carles Puyol y Gerard Piqué. Cobro del primero desde el borde del área, pero antes de eso comenzó a hacer algunos gestos con las manos. Puyol hizo el gesto de salir del área, pero luego se dio vuelta y encontró el hueco para anotar el 2-1. El resto del equipo no sabía de la existencia de la preparación previa de esa jugada.

Pero de vuelta al plan inicial, los del Barça aprovecharon todos los espacios y los centrales del Real Madrid ese día, el italiano Fabio Cannavaro y el alemán Christoph Metzelder vivieron un calvario. Si se quedaban en su posición, Messi hacía la fiesta. Si se adelantaban a apoyar a Lass y a Gago, dejaban el hueco para que Henry y Eto’o hicieran el daño. Messi selló su transformación con una joya, el quinto gol del Barça en el 6-2, cuando recibió un pase de Xavi, amagó con rematar cruzado y luego hizo un movimiento de cadera para meter la pelota por el palo que cuidaba el portero Iker Casillas.

Fue el comienzo de una era brillante, la de los seis títulos en una misma temporada.

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