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El Mundial fue un gran ‘Big Brother’ para Rusia ya que podían espiar a todos los aficionados gracias al FanID

Con el código de barras funcionando como GPS se podía conocer la ubicación exacta de cada una de las personas que asistieron a la Copa del Mundo

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Toda la vida los rusos han sido señalados como un país donde el espionaje es cosa de todos los días y la Copa del Mundo 2018 no puede sacarse del saco y hasta podría decirse que fue el primer Mundial ‘Big Brother’ de la historia, algo que de aquí en adelante será frecuente por cuestiones de seguridad.

Todo los aficionados que compraban entradas para alguno de los partidos tenían que tener un FAN ID, que era una especie de acreditación o identificación que incluía su nombre y apellidos, en su idioma y en ruso, un código de referencia o número de registro, la fecha de nacimiento, la ciudadanía, el número de pasaporte, que incluía en la parte posterior los datos exactos de cómo aparecían en este, digamos que era una copia a color escaneada con un código de barras.

Para el aficionado común y corriente fue la visa rusa. Una documentación necesaria para ingresar a los estadios, los Fan Fest y otros eventos. Todos los aficionados la traían colgada en el cuello, ya que el código de barras les brindaba el acceso a los transportes públicos de manera gratuita como autobús, trenes interurbanos e incluso a los trenes que te llevaban de una sede a otra, ya sea que la duración del trayecto fuera de 6 horas de Moscú a San Petersburgo o de 32 hasta Ekaterimburgo.

Pero esa no era la finalidad principal del FAN ID para el gobierno ruso. Ese código de barras, en su interior funciona como un GPS. Lo mismo que las acreditaciones de los distintos medios. Gracias a ese código si el fiebre traía consigo el FAN ID podía ser monitoreado las 24 horas del día. Se sabría si estabas en el baño, en el bar de moda, o tomando fotos en la Plaza Roja.

Los rusos estaban en todas

Cuando un grupo de fiebres argentinos agredieron a dos aficionados croatas en los pasillos del estadio Nizhni, en Novgorod, luego de que su selección fuera goleada, parecía que el incidente terminaría sin castigo.

Sin embargo, esto no fue así. Las autoridades rusas revisaron los videos desde el comando de seguridad llamada #TribunaSeguraRusia2018, se procedió a la identificación de los agresores casi de inmediato y su captura se realizó una hora más tarde en el centro de la ciudad.

Cuando las autoridades dieron la orden de encontrarlos, los rusos ya sabían nombre, edad, números de pasaportes de los agresores que respondían a los nombres de Alejandro Pardo, Rodrigo Matías, Daniel Elia y Federico Eslejer. ¿Cómo lograron dar con ellos en la ciudad? Simple, gracias al código de barras de su FAN ID que hace las funciones de GPS y que ellos traían colgadas al cuello. Las autoridades sabían perfectamente en qué calle estaban, hacía donde caminaban cada uno de ellos. Dar con ellos fue muy simple.

Una vez rastreados e identificados en conjunto con Guillermo Madero, Director de seguridad argentino que se encontraba en Rusia en labores de colaboración, se les detuvo y de inmediato se les retiraron los FAN ID, por lo que ya NO podrían ingresar a ningún juego y, aunque algunos medios afirman que se les deportó, a nosotros nos confiaron que las autoridades los “invitaron” a abandonar el país de inmediato o les levantarían cargos que los llevarían a la cárcel.

Este no fue el único gran golpe del “Big Brother” ruso. También se dio el caso de que tres aficionados mexicanos reportaron que fueron asaltados. Uno de ellos afirmó que le habían despojado de su celular, de su cartera al salir de un bar y al abordar un taxi. Regresó con sus amigos y procedieron a levantar una denuncia y el consulado mexicano se acercó a brindar auxilio.

Este aficionado mexicano firmó una declaración de hechos. Sin embargo, cuando las autoridades revisaron la cronología con lo que denunció cruzándolo con la información y seguimiento del FAN ID, encontraron tantas inconsistencias que pensaron levantarle cargos por mentirle a la ley, un delito que es considerado grave y lo podía tener entre dos meses y un año de prisión. Los rusos sabían perfectamente que había mentido.

Información de aficionados es carne de vaca

Casi tres millones de personas asistieron a todos los partidos de Rusia 2018. De ellos, más de un millón fueron extranjeros que sacaron el FAN ID en el que FIFA no tuvo nada que ver, sino el Ministerio de Comunicaciones de Rusia.

Se trata de una atractiva base de datos (personales, procedencia, de alojamiento y traslados en Rusia). ¿Cuál será el destino de toda esa información? El diario La Nación de Argentina cita a Alexey Sorokin, director general del comité organizador local del Mundial, y señala que lo que pasará con esa información será decisión del propio ministerio encargado.

Para la consultora EY, no hay más peligro que los datos estén en poder de las autoridades rusas que si los tuviera cualquier otra institución o empresa.

Se está digitalizando toda la información y los cibercriminales van tras ella. Por ello se debe contar con políticas fuertes para proteger esos datos.La empresa considera que Rusia se encuentra a la vanguardia de la protección de la información de los ciudadanos, por lo que no hay motivos para tener algún temor.

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