En una misa inició la recuperación de Rayados de Monterrey

El cuadro de Rayados de Monterrey tuvo una recuperación muy espiritual en la Liga mexicana y todo empezó gracias a un sacerdote.

Hace algunos años, al final de una misa matutina, dicho cura se acercó al exjugador Jorge Urdiales. Él lo escuchó atentamente porque el párroco quería que lo ayudara a recolectar fondos para la parroquia, que en ese entonces tenía problemas para pagar los servicios básicos.

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“Ahí coincidí con Jesús González Ornelas, quien había sido nombrado recientemente presidente del consejo de administración de Rayados y acudía constantemente a la iglesia. Me confesó que me había visto jugar, que le encantó cómo levanté económicamente a la iglesia y me invitó a la presidencia deportiva del club”, recuerda Urdiales.

Antes de eso el exfutbolista no tenía una relación cercana con él, apenas lo conocía de un banco, debido a que este era propiedad de Fomento Económico Mexicano (FEMSA), donde trabajaba González Ornelas. Se habían visto en algunas ocasiones, pero nada más.

Urdiales meditó poco tiempo la oferta y terminó por aceptarla en el verano del 2002. Rayados, en ese entonces, cumplía cuatro años de haber sido intervenido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El club tenía fondos limitados (que eran supervisados por la SHCP) y en sus partidos de local, en el extinto estadio Tecnológico, apenas convocaba a el 60% del aforo, aproximadamente 18 mil aficionados.

“Hicimos estrategias de marketing, todo lo necesario para atraer más aficionados. Vendimos abonos y hacíamos recorridos para que el aficionado conociera su asiento. Así fuimos atrayendo cada vez más gente al estadio”, confesó.

Los primeros pasos de la recuperación de Monterrey vinieron acompañados con el título de liga que levantaron en 2003. Luego, FEMSA pudo inyectarle recursos económicos con libertad al plantel, luego de que la SHCP los liberó de su supervisión.

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Trajeron refuerzos de calidad como Jared Borgetti y Humberto Suazo, posteriormente contrataron en 2008 a Ricardo La Volpe como entrenador.

“Nos renunció (La Volpe) un jueves por la mañana, a días de empezar el torneo. Esa misma noche platiqué con Víctor Manuel Vucetich. Lo conocía, sabía que vivía en la ciudad. Nos reunimos ese mismo día en la noche y lo convencí”, contó.

La decisión de Urdiales significó el inicio de la época dorada de Rayados. El plantel que dirigió Vucetich ganó dos títulos de liga y tres Ligas de Campeones de la Concacaf, lo que llevó al club a jugar tres Mundiales de Clubes. El del 2012 fue su mejor actuación, al concluirlo en tercer lugar.

Para que el plantel tuviera esas actuaciones, señala Urdiales, el entrenador tuvo dos cualidades fundamentales: su trato humano con los jugadores y la forma en la que podía corregir un planteamiento táctico en el medio tiempo.

Urdiales se fue del equipo en 2012 y Vucetich un año después, pero su legado permaneció. Monterrey se estableció como uno de los equipos más sólidos deportiva y económicamente, luego se vino la construcción del estadio BBVA Bancomer, el título de ser la plantilla más rica de la Liga MX actualmente con 91.3 millones de dólares y el cuarto título de la Concahampions (esta temporada), que lo llevaron a ser el club más ganador desde que dicho torneo cambió su formato en 2008.

“El aficionado de Monterrey se hizo exigente desde entonces. Exige que el equipo juegue bien y que gane títulos. Fue un honor ser parte de ese cambio”. Urdiales fue el arquitecto de los cimientos de este Rayados, que ahora apunta a la liguilla para tratar de ganar su quinto título del campeonato azteca.