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Encuentran muerto al exjugador saprissista Adrián Dotti

Habría fallecido por un infarto en su casa en Tibás

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Adrián Dotti, jugador del Saprissa en 1986 y más conocido por el apodo de “Sobito” por su gran delgadez, fue encontrado muerto este domingo en su casa de Tibás.

Se desconocen detalles del fallecimiento, pero se sospecha que habría sido por un infarto. El 30 de setiembre habría cumplido 54 años.

Saprissa lamentó la muerte del exjugador por medio de su cuenta en Twitter.

Wilberth Hernández, otro exjugador morado y quien era amigo de Dotti, le confirmó la noticia al periodista Gerardo Coto Cover.

Adrián vivía en Tibás y al retirarse se dedicó a las ventas, hasta que hace 14 años adquirió una placa de taxi y se gana los frijoles manejando.

Dotti se hizo famoso por el cuerpo delgado y su tremenda habilidad a la hora de tener el balón en los pies. Era muy querido por la afición morada, que coreaba su apodo cuando quería que lo pusieran a jugar.

Sobre el famoso apodo de Sobito, a él nunca le incomodó porque fue el sobrenombre que lo hizo famoso en el fútbol.

“Hay mucha gente que no recuerda cómo me llamo, pero nadie se olvida de Sobito. Recuerdo que la afición coreaba el apodo para apoyarme, es algo a lo que no le puedo arrugar la cara, al contrario”, comentó Dotti en una entrevista con La Teja el 23 de setiembre del 2016.

En aquella ocasión, su nombre venía impreso en el tercer uniforme de los morados. Salía al lado del de Alexandre Borge Guimaraes.

Había llegado a Saprissa en 1981 y debutó en 1986, en un partido contra Sagrada Familia, cuando el entrenador de Saprissa era Rigoberto “Feo” Rojas según datos del periodista e historiador José Pastor.

Salió de Saprissa un año y medio después. Pasó a Curridabat y después al equipo de Turrialba, con el que se retiró en 1990. Sin embargo, seguía jugando con los veteranos azucareros.

Para Pastor, Dotti era una de las figuras más queridas del Saprissa porque era un show en la cancha, su “problema” era el físico, poco apto para un jugador de la primera división.

“La gente llegaba a los partidos a los ocho de la mañana para ver a Adrián Dotti jugar. Había grandes jugadores en ese equipo (reserva del Saprissa), pero Adrián tenía una técnica tan espectacular que era verdaderamente un espectáculo. Cuando se le dio a “Feo” Rojas la oportunidad de dirigir a la primera del Saprissa, una de sus primeras decisiones fue llevar a Dotti”, recordó Pastor.

El historiador detalla que Dotti hacía estragos en las defensas rivales, que entonces le entraban a matar. La llegada a Saprissa del entrenador uruguayo Raúl Higinio Betancourt marcó la salida de Sobito del club morado. Se fue, pero se llevó el cariño de la afición.

“Cada vez que entraba las graderías se levantan a aplaudirle. Tenía un pequeño problema: agarraba la bola, se las quitaba a todos y se devolvía para volver a quitárselas, era todo un caso”, indicó Pastor.

“Tal vez con un poco más de masa muscular hubiera sido un jugador de exportación porque las condiciones las tenía, pero desgraciadamente no tuvo esas condiciones que lo ayudaran. El apodo de Sobito realmente era cariñoso y lo cierto es que la gente lo conoció como Sobito antes que por su nombre”, destacó el periodista.

En aquella entrevista del 2016 nos comentó que pesaba 53 kilos cuando jugaba con el Saprissa y tenía que capearse y jugársela con los golpes que se llevaba en los partidos.

“Compensaba mi falta de cuerpo y la potencia con mucho esfuerzo, siempre le ponía muchas ganas y la gente me reconocía eso. Mi conexión con la afición fue lo más lindo que me dejó el fútbol. La gente se preguntaba cómo podía jugar en primera, pero tenía mucho regate e improvisaba mucho, así que eso fue creando un vínculo con la afición que no estaba acostumbrada a jugadores de ese tipo”, comentó entonces.

Como anécdota nos recordó la vez que jugando ante el Herediano, en Tibás, tuvo un choque contra el meta Geovanni Ramírez Luna que dejó a todo el mundo preocupado.

“Él era muy fornido y chocamos de frente. Yo caí y me quedé en el suelo, todos quedaron en silencio. Cuando me vieron mover los dedos y los brazos la gente empezó a aplaudir al ver que no me pasó nada. Por dicha, con todo y todo, era resistente a los golpes”, destacó orgulloso.

Adrián fue la muestra de que un jugador puede dejar huella en el corazón de los aficionados si pone en la cancha ganas y corazón.

Descanse en paz.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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