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Este chuzo tuvo al dueño a punta de té de tilo

Al propietario le dio muchos dolores de jupa

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Hace cuatro años don Frank Cerdas adquirió un Pontiac Fiero, modelo 1984, que le pegó más de un susto.

Este vecino de Tres Ríos, quien se dedica al alquiler de locales, recuerda que desde el primer día que tuvo la nave, esta le empezó a fallar.

"Eran cosas extrañas, por ejemplo, cuando lo compré manejé cien metros y se varó, tuvo que llegar el exdueño y quitarle una alarma para que arrancara.

“Después, lo llevé a Riteve con placas nuevas y cuando llegué a la casa le faltaba la placa delantera. Cuando lo traía a la oficina o se le había caído un parlante de la puerta o tenía una llanta desinflada a la hora del regreso”, cuenta entre risas este fiebre que administró durante 40 años tres gimnasios.

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El carro se lo compró a un amigo de la juventud y es de seis cilindros, convertible, de gasolina, con techo de vidrio y capacidad para dos personas. La nave es matona, ya que alcanza una velocidad máxima de 180 kilómetros por hora.

De hecho, un mecánico de confianza le recomendó desde el inicio que no lo comprara porque le iba a costar encontrar repuestos, ya que solo sacaron modelos americanos entre 1982 y 1986 y nunca más, pero Cerdas no hizo caso y soltó los ¢2,5 millones que le pidieron por el chuzo.

“De cabezón lo compré porque me gustó”, añadió.

Pero a don Frank su auto no es el único al que le para la peluca de vez en cuando, ya que juntos le pegaron un sustazo a un muchacho que llevaba un carro igual al suyo, por lo que le dio persecución en la autopista Florencio del Castillo para decirle que tenía repuestos para venderle.

“Le toqué el pito y le hice cambio de luces, pero el muchacho se asustó. Lo alcancé en el parqueo de Terramall y me le atravesé para decirle que no era un bajonazo y que solo quería decirle que tenía repuestos para venderle. Lo vacilón es que el muchacho resultó mecánico y es quien ve mi carro desde hace años”, contó Cerdas.

Cerdas vacila al recordar que este chuzo nunca le dio problemas al expropietario, por lo que le queda muy claro que la cosa era contra él y que el Pontiac no lo quería como dueño.

¿Cómo saber si debo cambiar las fajas externas del motor de mi carro?
“Los principales enemigos de las fajas son el calor y el aceite porque les corta la vida útil y las daña por completo. Si el motor tiene un calentamiento o fugas de aceite que contaminen la fajas, estas se deben cambiar de inmediato. También debe hacer revisiones periódicas para asegurarse que no estén agrietadas, ni rotas. También debe verificar si chillan al encender el motor o el ajuste no funciona, porque son señales de que deben ser reemplazadas para evitar quedarse varado”, indicó el mecánico Bryan Guido (8603-5135)

Ahora ya funciona bien, porque le compró todo nuevo y no lo quiere vender porque es mucho dinero el que le ha invertido, aproximadamente ¢4 millones.

“En el país solo hay cuatro carros como este de seis cilindros, así que yo prefiero hacerme un sillón y una parrilla con el carro, porque difícilmente alguien va a pagar lo que vale”, indicó Cerdas.

El uso que le da es llevarlo de su casa, en Tres Ríos, a San José y regresar por lo que le sorprende que le haya dado tantos problemas, algo que nunca le pasó con los carros que tuvo anteriormente.

Karol Espinoza

Bachiller en periodismo y licenciada en Comunicación de Mercadeo. Periodista de Deportes con más de 14 años de experiencia. Integra La Teja desde setiembre del 2006.

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