Saprissa dominó de cabo a rabo el último campeonato nacional que se jugó con diez clubes, en la temporada 1989.
Ese torneo lo conquistaron los morados, y el dominio fue tal que evitaron una gran final, pues ganaron ambas fases.
El certamen consistió en una fase regular de tres vueltas; o sea, 27 jornadas, y una hexagonal final a dos vueltas, según el estadígrafo Carlos Retana Orozco.
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Fue también el último torneo antes del Mundial Italia 90, y el entrenador de los morados era el checoslovaco Joseph Bouska. Eran tiempos en los que se hizo famoso el lema: “Saprissa, poder y orgullo”.
El primer partido de aquel torneo, la S ganó con un contundente 5 a 0 a Palmares. Ojo el equipazo con el que formó el Monstruo:
Miguel Segura; Vladimir Quesada, Alexis Camacho, Róger Flores y Tomás Segura; Carlos Mario Hidalgo, Edwin Salazar, Juan Cayasso (Alexandre Guimaraes, 58 )y Enrique Díaz; Hernán Medford (Víctor Badilla, 62) y Evaristo Coronado.
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Los diez equipos que conformaron ese campeonato fueron: Saprissa, Alajuelense (subcampeón), Uruguay de Coronado, Herediano, Cartaginés, San Carlos, Puntarenas, Limón, Guanacasteca y Palmares (descendido).
La fase regular ya reflejaba la superioridad morada con 43 puntos, ocho más que la Liga, en tiempos en los que un triunfo sumaba dos puntos.
Mientras que la hexagonal, Saprissa la ganó con 16 unidades, seguido de la Liga y Uruguay de Coronado con 12 puntos.
Al dominar ambas fases, el Deportivo Saprissa se coronó campeón y obtuvo el título número 18 de su historia y, de paso, el bicampeonato.
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La S conquistó el título en la jornada 9 de la hexagonal final, con un gol de Evaristo Coronado al minuto 54. Como curiosidad, el guardameta de Cartaginés en ese encuentro era Erick Lonis, quien luego se convertiría en un ídolo morado y hoy es gerente deportivo.
Ese título quedó marcado por un dominio absoluto del Sapri que hizo que el Poder y orgullo fueran una realidad.