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Jóvenes se foguean como mecánicos con los chuzos del CTCC

Categoría de automovilismo le saca el jugo a convenio con el Instituto Vargas Matamoros

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Julissa Gómez, Marling Tellez y Nelson Montoya tienen todo el apoyo de su profesor, Pablo Benavides. Foto: Alexander Ótarola.

En el Costa Rica Touring Championship (CTCC) no solo los chuzos, la velocidad y los pilotos son los que le dan vida a esta categoría, sino también un montón de gente que bretea sin cesar, antes, durante y después de las carreras para que todo salga puras tejas.

Todos ellos realizan un trabajo silencioso, pero fundamental.

El equipo de mecánicos del CTCC y de la Copa Yaris está reclutando talento de manera constante gracias al convenio que tienen con el Instituto de Mecánica Vargas Matamoros que les facilita a sus mejores estudiantes, la posibilidad de agarrar bolados y poner a prueba su capacidad en el mundo del automovilismo.

Para los muchachos la oportunidad de entrar en este programa es muy importante, no solo por el roce que se adquiere, sino que se ponen en la mira de las agencias de vehículos que patrocinan a los equipos del CTCC, por lo que si les va bien pueden salir con un brete en su campo, como ha pasado ya en temporadas anteriores.

Nelson Montoya ya tiene dos años en este programa y es uno de los 24 estudiantes que están colaborando en el Parque Viva durante la semana de carrera, 12 de ellos en la categoría madre de CTCC y otros 12 en la Copa Yaris. Para estos estudiantes es un sueño hecho realidad, ya que son unos fiebres de los motores.

Nelson tiene que revisar todos los detalles antes que los pilotos salgan a la pista en los chuzos sea práctica o carreras. Foto: Alexader Otárola. (Alexander OTAROLA)

“Para uno es bastante enriquecedor esta oportunidad, ya que se pone en práctica todo lo que se aprende. Es una experiencia que no se tiene en ninguna parte porque acá estamos en todo. Después de cada vuelta del carro hay que empezar a revisar un montón de detalles que se tienen que hacer con mucha velocidad, se siente mucha adrenalina”, comentó el joven, de 23 años y quien viven en El Tejar de El Guarco de Cartago.

La rigurosidad del trabajo en este tipo de categorías es muy grande, ya que por ejemplo, la revisión que se le hace a cualquier carro después de superar los 5 mil kilómetros o la revisión a un motor después de cierto tiempo, acá se tiene que hacer prácticamente después de cada carrera por lo que pone a los chicos frente a todo tipo de situaciones de una vez.

Ellos trabajan al lado de los mecánicos de planta del Parque Viva y los ingenieros que vigilan todas las funciones como Eduardo Aguilar y Manfred Villalobos.

“El año pasado estaba en el CTCC y muchas personas llegaban alrededor de la malla y decían: ‘Mirá es tan joven y está trabajando con ese carro’. Uno tiene que arrancar el carro, medir temperaturas y otras cosas, la gente ya sabe lo que uno está dando”, dijo el muchacho de 23 años.

Para Marling Téllez Ruiz, de los Guido de Desamparados y quien estudia en el Instituto gracias a una beca, esta es una pasión que se trae en la sangre y demuestra que la mecánica es un asunto que también les gusta a las mujeres.

A Marling Téllez le toca revisar el aire de las llantas antes de cada salida. Foto: Alexander Otárola. (Alexander OTAROLA)

“Voy para segundo año en el Instituto, la mecánica es un trabajo que me encanta y estar trabajando en una categoría como esta es una oportunidad demasiado chiva, me gusta mucho lo que son las modificaciones y le he encontrado mucho amor al peritaje automotriz”, explicó la muchacha, quien está por primera vez en este campeonato.

A ella le toca medir la presión de las llantas a los chuzos de la Copa Yaris y verificar que las naves estén en buenas condiciones. Ese trabajo lo realiza junto a Julissa Gómez, de 18 años, quien reside en Los Guido.

“Desde pequeña siempre he jugado con carros, siempre me gustó travesear con ellos, no era algo que me gustara en ese momento y entre al Instituto sin saber nada, pero después de un año la mecánica es mi pasión y me quiero dedicar a esto de por vida porque estar en una categoría y entre carros como estos es muy chiva”, dijo Gómez.

Julissa Gómez está que no se cambia por nadie en los pits del Circuito Grupo Sur en Parque Viva. Foto: Alexander Otárola. (Alexander OTAROLA)

Para Pablo Benavides, auditor académico del Instituto Vargas Matamoros, el trabajo que dan los muchachos en los talleres y las carreras es de mucha calidad y viene a fortalecer la categoría, porque se trata de personas dispuestas aprender, escuchar, seguir instrucciones y demostrar que están capacitadas para el reto.

“Tenemos estudiantes muy buenos que no pueden venir porque el cupo es limitado. Contamos con unos 300 estudiantes y es una motivación muy grande para ellos este tipo de espacios. A estos muchachos, por ejemplo, una vez que salen de las prácticas de CTCC, les toca ir a clases por las noches”, destacó Benavides.

El éxito de la categoría va más allá de los aciertos y el show de sus pilotos en la pista, ya que el trabajo silencioso de estos muchachos también tiene mucha importancia.

Acelerados
La quinta y penúltima fecha de la tercera temporada del CTCC y la segunda de la Yaris Cup se disputará este domingo a partir de las 10 a. m., en el Circuito de Competencias Grupo Sur en Parque Viva con una modalidad de tres heats de 20 minutos cada uno para la primera categoría y dos de veinte minutos para la segunda.
Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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