El exdefensor Carlos Clark vive tranquilo y con la frente en alto, combinando el deporte con sus negocios, pero hay una herida que todavía no cierra: no entiende por qué lo sacaron de Alajuelense cuando estaba en su mejor momento.
Clark vestía con orgullo la camisa rojinegra, cuando en noviembre del 2011 quedó fuera del club que dirigía Óscar Ramírez y no pudo terminar el torneo de Invierno de ese año, en el que los manudos consiguieron su título número 27. Además de Carlos, los exjugadores Minor Díaz y Cristian Lagos también cantaron viajera del club.
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El exjugador conversó con La Teja y contó que, desde el primero y hasta el último día, dio el cien por ciento en cada entrenamiento y cada partido.
Pero, no todas fueron amargas en la vida de este exfutbolista. Carlos hoy vive una vida plena, en San Pablo de León Cortés, en la Zona de los Santos y allí administra un restaurante, llamado Bongos, junto a su madre Lourdes y sus hermanas Gabriela y Karol.
Además, practica el ciclismo de montaña, hace senderismo y de vez en cuando, se apunta a una mejenguita, porque aunque esté fuera de las canchas, el fútbol lo lleva en la sangre y es imposible desligarse del deporte de sus amores.
Realizado
- ¿A qué se dedica ahora que está fuera de las canchas?
Vivo en la Zona de los Santos, con mi mamá y dos de mis hermanas, Gabriela y Karol. Estudié administración de empresas y desde el 2012 tenemos un restaurante, que se especializa en comida caribeña y además, traigo mercadería de Estados Unidos para vender, porque tengo hermanos allá y me ayudan con esto.
Cuando era joven, mi mamá me dijo que debía estudiar si quería dedicarme al fútbol y eso me ayudó para la vida y en el 2015, llegué a Pérez Zeledón, pero casi no jugué y cuando no me renovaron allá, decidí dedicarme por completo a esto.
Y la verdad es un cambio drástico, que hoy te griten en un estadio y luego tener que administrar un restaurante. Al principio, me hacía falta el fútbol. Mi hermana Gabriela me decía que volviera, que me retirara bien y todo, pero ya tengo 10 años de estar acá, feliz de la vida. A veces voy a jugar fútbol, me gusta andar en bici, me gusta caminar.
- ¿En qué momento decidió que lo mejor era dejar de jugar?
Después de Alajuelense, estuve en Belén y luego me incorporé a Carmelita, allá me fue muy bien, y aporté con muchos goles, me premiaron con el gol del año, un gol de chilena que le hice a Limón.
Me contactaron de Pérez Zeledón, me fui para allá, pero casi no jugué, al finalizar el torneo no renovaron mi contrato y me vine para acá y ahí terminó la carrera.
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Fui campeón con Alajuelense dos veces (Invierno 2010 y Verano 2011), hice lo que quise desde que era pequeño y ahora hago lo que me gusta también.
Cuando estaba en San Carlos traía ropa para vender, porque me gustan los negocios y poco a poco me fui preparando, porque el fútbol no es para toda la vida y luego me llamaron de algunos clubes de segunda división, pero decidí quedarme acá, porque ya me había acostumbrado a esto y vivo feliz.
- ¿Cómo fue su relación con Óscar Ramírez cuando estuvo en Alajuela?
Yo siempre fui un jugador disciplinado, pero me sacaron del club y a la fecha no entiendo por qué. Recuerdo que en ese tiempo también salieron Cristian Lagos, Maynor Díaz y yo, pero sí me dolió mucho, obviamente, porque el campeonato aún no había terminado, y bueno me finiquitaron, pero ya son cosas que pasaron.
Por un lado, tengo recuerdos muy lindos, pero por otro me duele porque no pude ser tricampeón con el equipo, me faltaban unos 10 partidos y uno trata de asimilarlo, y en medio de lo difícil trato de recoger las cosas buenas, que fueron los títulos, las amistades.
Como entrenador, sé que Óscar es de analizar mucho, estudia mucho a los rivales y eso ayuda a no sorprenderse por lo que harán los rivales y vale destacar que cuando estaba en Alajuelense, el grupo era muy unido y eso ayudó a conseguir los logros que tuvo el club en ese entonces.
- ¿Si pudiera devolver el tiempo, cree que haría algo diferente para cambiar su destino?
Creo que no, haría lo mismo que hice, porque yo siempre me entregué, traté de hacer las cosas bien, lo puedo decir públicamente a quien sea y el que me conoce sabe que siempre llegué temprano, nunca le falté el respeto a ningún técnico, a ningún compañero, o sea nunca tuve un problema que me hiciera ver como indisciplinado.
No entiendo por qué tomaron esa decisión con nosotros, pero no quiero saber tampoco y me queda el consuelo de que me entregué al máximo y fui feliz.
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- ¿Qué fue lo mejor que le dejó su paso por Alajuelense?
Lo más importante es haber sido campeón, porque uno siempre sueña con ganar títulos, además, tengo muchas amistades, eso me lo dejó el fútbol y me comunico con varios de mis compañeros de ese entonces.
Fui muy feliz en los equipos en los que estuve y tengo muy buena relación con algunos de mis compañeros y por ejemplo, me encanta ir a San Carlos, es uno de los lugares a los que más disfruto ir y tengo buenos recuerdos del tiempo en el que jugué allá.
De Alajuelense por ejemplo, tengo muy buena relación con (Cristian) Oviedo, con Patrick (Pemberton), con el Cusuco (Allen Guevara), con Kenner (Gutiérrez).