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Juvenil morado se jaló un detallazo con un niño muy especial que le pidió su ayuda

Jugador compartió con el menor el pasado domingo en una actividad

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El joven jugador saprissista Orlando Sinclair ha jugado solamente diez minutos en primera división, su carrera en el Monstruo se limita al partido de la fecha 14 del Apertura 2018 ante la UCR, día que entró de cambio y marcó un bonito gol (un globito cuando salió el portero) al minuto 86, en la goleada 4-0 ante los académicos.

La visión del muchacho pegando una carrera y mandando un puño al aire para celebrar el pepino que anotó aquella noche, es una imagen que quedó en la mente de muchos, entre ellos la del pequeño Matías Garos, un niño de diez años del barrio La Peregrina en La Uruca.

Un día, el chiquitín fue con su familia a conocer a sus ídolos a los jugadores del Saprissa, se tomó fotos y le dieron autógrafos y hasta una camisa firrmada por todos en el club. En ese momento a Orlando no le pasó por la cabeza que el niño padecía de un tumorcito en la cabeza (glioma de tallo cerebral difuso según dice en la epicrisis) ya que en ese momento se veía sanito, recordó el jugador,

Aquel mismo chiquito le pidió, por medio de un amigo en común, que lo acompañara a un evento muy especial en el que recolectarían platica para todos los medicamentos y cosas necesarias para su tratamiento, a lo que Sinclair dijo que sí sin dudarlo.

Pero, “¿porqué yo si todavía la gente no me conoce mucho?, ¿por qué yo, que apenas jugué en un partido este torneo?”, se preguntó el volante de 20 años y la respuesta era simple, es jugador del Saprissa y por eso tiene ese extra que con solo su presencia hace felices a muchas personas, más un caso tan especial.

“Un vecino llegó a buscarme y me dijo que el chiquito era muy morado, que quería estar conmigo y si era posible para mí ir a la actividad. Uno no está acostumbrado a eso porque casi ni he jugado ni me reconocen tanto, pero también se siente una satisfacción muy grande el que te busquen para este tipo de acciones.

“Me sorprendió mucho cuando me buscaron, pero me llegó al corazón, es una situación en la que él está luchando con mucha valentía, con muchas ganas de vivir y un ejemplo para todos, que a veces por cualquier cosa uno se quebranta”, aseguró Sinclair.

Después de aquel partido ante la U, el muchacho no tuvo más opción de jugar, tanto por decisión técnica como por una pubalgia (lesión en la zona de la pelvis) que lo afecta desde hace un tiempo, pero en enero estará totalmente recuperado para tratar de ganarse un campo en la S.

El domingo anterior mientras sus compañeros estaban concentrados previo a la final de ida contra Herediano, él estaba en el evento a beneficio de Matías, allí se quedó de 10:30 a.m. a 2 p.m.

“Cuando llegué a la actividad el chiquito estaba sentado, al verme se levantó y me fue a dar un abrazo, me agradeció mucho que estuviera ahí, estuvimos conversando bastante, hablamos mucho sobre fútbol. Como el partido era en la noche me dijo que teníamos que ganar, que teníamos que ser campeones, que confiaba en nosotros”, comentó.

La bonita experiencia le llegó a Orlando al corazón, quien poco a poco a ha ido entendiendo lo que significa jugar al fútbol en un equipo como Saprissa, en algunos meses pasó de ser un desconocido, a una persona que ya identifican más en la calle y hasta le piden fotos o autógrafos, pero una experiencia como la que tuvo con Matías no la había vivido.

“A veces me ven y me dicen ‘¿será o no será?’, son cosas que uno tiene que ir manejando. Yo ni sabía dar un autógrafo o cosas así y un día (Juan Bustos) Golobio me llamó, me pasó una camiseta para que se la firmara, yo le puse Sinclair y el número 34, él me explicó que le hiciera una firmilla, la hice y me quedé con esa”, tiró como anécdota.

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En el Monstruo no solo Sinclair ha visitado a Matías, el papá del niño, don Diego, nos contó que el volante Christian Bolaños también llegó a la casa, ellos se sienten muy agradecidos con los jugadores y las atenciones que han tenido con su hijo.

“A mí esposa, a mí y a mi hijo nos gusta muchísimo el fútbol, la verdad somos muy morados, antes íbamos más al estadio, pero ahora se nos complica un poco más, pero para la final el club nos regaló cuatro entradas, si Dios quiere vamos a ir, todo depende de cómo se siente Matías ese día”, explicó el padre.

Para la familia, la condición de su pequeño ha implicado mucho sacrificio y trabajo, por lo que él agradece de corazón detalles como el que tuvo Sinclair el domingo pasado.

“Cómo se lo dije a él, espero en Dios que esto sea una de muchas puertas que se le van a abrir, Dios conoce el corazón de cada persona y sé que él le dará miles de bendiciones, cuando llegó, ver a mi hijo con esa sonrisa, abrazarlo, disfrutar, son los momentos que le quedan a uno más que cualquier ayuda económica u otro detalle”, explicó.

Manos amigas
Por el tiempo que implica atender a Matías, don Diego se quedó sin trabajo por lo que si alguien quiere ayudar lo puede llamar al teléfono 6188-8395.

De la misma manera que ya consiguió su primer fanático, este oriundo de barrio México, en Chepe, espera ir conquistando más fiebres en el futuro, no sabe cuáles son los planes que el Saprissa tendrá para él, si seguirá o saldrá a préstamo para agarrar ritmo, pero sin duda el ejemplo de Matías lo hará luchar por su lugar en el Monstruo.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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