Keysher Fuller vive un segundo aire en su carrera futbolística, en el Municipal Liberia recobra protagonismo, es titular y nos confesó que se siente feliz y con la alegría que tal vez no sentía en otros momentos, especialmente luego de Catar 2022.
Las sensaciones que hoy en día tiene son similares a las que vivió en momentos cuando jugaba en el Municipal Grecia, cuando estaba al lado de Wálter Centeno, o al inicio de su carrera, cuando dejó Limón en búsqueda de un futuro en el fútbol.
El lateral habló con La Teja para tocar diversas partes de su historia y entre otras cosas recordó esos inicios, cuando siendo un chiquillo en su provincia natal, mejengueaba en la calle y salía a vender productos como patí junto a su mamá, Cindy Spence.
“Cuando estaba en Limón, tenía que ir a vender patí, enyucados y plantintá para tener el sustento para mi mamá y mis hermamos, porque mi papá nunca vivió ni estuvo con nosotros, entonces mi mamá era lo que se encargaba de todo y yo le ayudaba cuando le tocaba ir a vender.
“Yo cuando estaba en Limón nunca estuve en ningún equipo, jugaba en la calle, cuando estaba en la escuela. Cuando más jugué fue en el colegio, que estuve en un torneo que se llamaba Copa Coca Cola, me hicieron pruebas para estar en la selección (sub-15) y me quedé”, recordó.
La familia de Keyhser era bien pulseadora, pero por dicha también hubo personas que le tendieron una mano para que pudiera seguir en el fútbol y viajar a San José
“Cuando yo me iba para San José (por el fútbol) había momentos que mi mamá no tenía dinero y había un señor que me ayudaba bastante, que cada vez que necesitaba me decía: ‘Pase a mi oficina’, yo iba y me daba 10 mil colones para viajar, venía a entrenar con la sub-15 de lunes a jueves y ya luego me regresaba a Limón”, recordó.
Los abuelos de Keysher también tuvieron una influencia importante, doña Zayda y Hibbert, como es conocido el señor, tuvo que ver mucho con su nieto, y él lo define como una parte fundamental en su vida por toda la ayuda a su mamá.
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Saprissa fue su primer club profesional
En ese momento fue cuando se asomó el primer club de su carrera, el Saprissa, equipo que lo firmó como un adolescente, lo que ya le obligó a quedarse en la capital para poder entrenar.
“Cuando firmé con Saprissa ya tenía que quedarme tiempo completo. Me costó en los primeros dos meses, bastante, porque no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sin mi familia, lejos, pero luego uno ya se acotumbra, se adapta a esa vida. Mi mamá me dijo: ‘Si esa es la vida que usted quiere se tiene que quedar y esforzar’, y bueno aqui estoy después de tanto tiempo”, recalcó.
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Al llegar a San José, no tenía un lugar para vivir, dormir ni quedarse, y allí fue cuando apareció otra mano amiga, una familia que le abrió su casa para poder quedarse.
“Yo viví con otras familias que me aceptaron de gran forma, como un hijo más y por eso también estoy acá, me ayudaron bastante yo no tenía dónde quedarme y ellos me acogieron. Fueron la familia Cox Ruiz y Jessica Myers que es como mi segunda madre”, contó.
Keysher tiene 31 años, pero lo que muchos no recuerdan es que hasta los 22 o 23 años estuvo en el Monstruo, equipo en el que hizo todas sus ligas menores y pasó largo tiempo.
“Yo hice todas las ligas menores allá, estuve en primera con Saprissa, pero no debuté, sino que lo hice luego con Centeno en Grecia. A mí él y Douglas (Sequeira) ya me conocían, porque yo entrenaba con ellos y todo (en Saprissa), entonces cuando subieron a primera, Douglas me llamó para ir con ellos y es cuando debuté”, recordó.
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Fuller afirma que Paté marcó una influencia en su vida futbolística, una persona que le enseñó bastante y por eso cuando se lo topa, siempre lo saluda y agradece.
Cada vez que me preguntan, siempre digo que aprendí mucho de él, de todos los entrenadores se aprende, incluso para bien o para mal, pero él fue quien me enseñó mucho sobre saber cómo ir al ataque, cuando estás presionado y cosas así, igual Douglas", reconoció.
En este segundo aire, Keysher se siente con la motivación renovada para ir por más metas, volver a la Selección y jugar otro Mundial son cosas a las que no le cierra la puerta, su vida ha sido de mucho esfuerzo y a las pruebas que vengan no se le va a arrugar.