Jafet Soto lo advirtió tras la derrota del pasado jueves ante Alajuelense que este Club Sport Herediano era un equipo sin alma, pese a venir de ganar dos títulos consecutivos, pero para que el ídolo de toda una provincia diga esto, es debido a que los florenses la están pasando realmente mal y se busca sacudir ese camerino que parece conforme luego del bicampeonato.
Ante Liberia, podría parecer un juego más para un club como Heredia, pese al gran torneo que viene cosechando el conjunto guanacasteco, no obstante las expectativas con los florenses han sido muy altas todo este semestre, tras conseguir la estrella número 31, y ver a un equipo tan grande rozando los puestos incluso del descenso, pese a que dicha condena se define hasta el otro torneo, es una cosa que alarmaría a cualquiera.
Herediano entró a la cancha del Edgardo Baltodano con muchas variantes, con respecto a lo planteado con Liga Deportiva Alajuelense, juego que perdieron 1-3 en casa, dejando claro que lo que se jugaba el campeón nacional eran más que tres puntos, por sus opciones, ahora sí más que reales, de un fracaso sin precedentes en los últimos tiempos, como lo sería no avanzar a semifinales, y si en este mismo tiempo, los rojiamarillos vienen de otro desastre en el apartado internacional, quedando fuera en fase de grupos de Copa Centroamericana, siendo últimos de su grupo, y encima perdiendo cualquier opción de ir a la Concacaf Champions Cup del 2026, más exigencias todavía.
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Liberia también se jugaba mucho, está en puestos de clasificación, y lo que muchos esperan de estos equipos no tradicionales es que se caigan a la hora de la verdad, por lo que algunos puntos dejados por los pamperos recientemente, generan esas sensaciones, por eso para los coyotes era clave demostrar otra cosa en su casa y frente a su gente.
Los locales durante la etapa inicial fueron más peligrosos, ante un conjunto florense que se veía con dudas, y hasta por momentos frustrado de ver que ese espíritu y ese fútbol del equipo que logró la copa 30 y 31, no aparecía, y más aún cuando a los 35 minutos, en una escapada por el sector izquiero liberiano, Malcom Pilone se llevó a un defensor rojiamarillo y remató a gol, desviando Keyner Brown la redonda, complicando más todavía a Aarón Cruz, que fue una de las novedades en la titular, abriendo la lata en este compromiso.
Antes de cerrar la primera parte, se notaba la incomodidad de los de Jafet Soto, que hasta en las gradas sonaba el “ole” entre cada pase de los locales que eran impulsados por su afición para conseguir darle un golpe a un grande como es Herediano, al que si se le puede dar el jaque mate, se le tiene que aplicar, sino ya conocemos, que en más de una vez han logrado reponerse de esa adversidad y consiguen pelear por la copa.
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Al descanso, Jafet hizo modificaciones, sacando a gente de peso, como Marcel Hernández, Joshua Navarro y Bryan Rubio, no obstante la situación para el bicampeón nacional se tornaría aún más compleja, ya que al 65, Wálter Cortes vería la segunda amarilla, tras un golpe sobre Fernando Lesme, en el rostro del sudamericano, dejando a Heredia con uno menos y el marcador en contra.
Los minutos seguían corriendo y la sensación a otro día sin obtener la victoria se asomaba cada vez más, la frustración y un mal trago como el de quedar fuera de semifinales antes de tiempo luego de tantísimos años, empezaba cada vez más a sentirse en el Herediano, que tras este marcador suma sin obtener una victoria, por campeonato nacional, desde el 31 de agosto, precisamente contra Liberia en Santa Bárbara.
El público terminó cantando el “ole” nuevamente en las gradas, y con eso recordándole a Jafet Soto y compañía que tras este 1-0, Herediano queda al borde del abismo, pero es algo que se viene buscando un equipo como el rojiamarillo que acumula cuatro derrotas consecutivas, y que de pasó terminaron, dentro del verde, con un pleito, reflejando esa frustración de sentir que el fracaso en Heredia está cada vez más próximo a ocurrir.