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Mordisco a Giorgio Chiellini casi le cuesta a Luis Suarez su pase al Barcelona

Casi cuatro años después, el Pistolero habló sobre el incidente con el italiano

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En vísperas del Mundial de Rusia 2018, el delantero uruguayo Luis Suárez le concedió una entrevista a su compañero Gerard Piqué, en la que confesó cómo fue la goma moral después de que le pegó un mordisco al italiano Giorgio Chiellini.

Incluso, confesó que eso por poco le cuesta su pase al Barcelona, equipo con el que estaba en plena negociación.

El partido entre Uruguay e Italia, por la Copa del Mundo de Brasil 2014, disputado el 24 de junio de aquel año, fue un antes y un después para el Pistolero ya que luego de la torta recibió una sanción de oficio por la FIFA, que lo obligó a abandonar el certamen.

A casi 4 años de aquel episodio que marcó su carrera, el delantero habló sobre la agresión, por la que recibió una sanción de cuatro meses sin poder jugar.

“Después de que lo hice yo reaccioné en seguida”, reconoció en un diálogo con Piqué, parte de una entrevista publicada en The Players Tribune.

“Hacemos el gol a los minutos, a los diez minutos creo, hacemos el gol de Godín y yo no lo festejo tanto como festejaría o como lo festejaron todos, porque yo ya estaba pensando en el después”, comentó el Pistolero.

A pesar de no haber visto la tarjeta roja en ese momento, quien entonces vestía la camiseta del Liverpool de Inglaterra, sabía que el mundo entero ya había visto por televisión lo sucedido y que eso le traería serias consecuencias.

“Entro al vestuario y lo primero que hago es hablar con mi mujer, que estaba ahí con los nenes y todo. Y me preguntaba, me preguntó que qué había hecho. Obviamente que yo siempre, desde el principio, no quería aceptar la realidad, negando, llorando, todo. Y bueno, después hubo algunas sensaciones en el vestuario de felicidad, pero también todos mirando los teléfonos y todo por lo que se veía", señaló.

"La verdad que fue un momento muy, muy doloroso para mí, para el grupo. Y obviamente que a uno le afecta, le duele todo eso, lo que haya pasado”, agregó.

Mientras todos señalaban su acción, había una realidad que la prensa mundial no conocía.

Durante el certamen el futbolista estaba acordando su llegada al Barcelona y ese mordisco pudo costarle el traspaso.

Pero finalmente su representante le confirmó que el conjunto catalán estaba dispuesto a comprarlo de todas formas.

“No tengo problemas en decir que lloré porque me aceptaron. Pasando por todos los momentos que pasé y la cagada que me había mandado, era complicado confiar en mí. La verdad que en eso el Barça se ha portado espectacular conmigo”, reconoció.

En Rusia, el delantero de 30 años tendrá una nueva oportunidad de revertir la imagen que dejó en Brasil y de ayudar a su selección a llegar tan lejos o incluso más de lo que hizo en Sudáfrica 2010, cuando alcanzó las semifinales. Pero para eso deberá aprender de lo sucedido.

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