Lo de Alajuelense es de aplaudir: es el líder general, tiene buen fútbol y ya venció a los pesos pesados del torneo, pero lo más destacable de todo esto es que lo ha hecho apoyándose en varias figuras jóvenes.
Sin embargo, me surge una duda. Viendo el rendimiento, personalidad y calidad de Fernán Faerron, Brandon Aguilera, Geancarlo Castro y Carlos Mora, ¿por qué la Liga tardó tanto en darles la oportunidad que sí les parece dar ahora?
No estoy queriendo ver el pelo en la sopa, pero sí cuestionar, no solo a la Liga, sino al fútbol costarricense en general, porque siempre nos cuesta tanto darle chance a los jóvenes.
¿Por qué lo digo?
Faerron, por ejemplo, tiene 20 años y la proyección de este muchacho es impresionante (hasta gol tiene), pero recordemos que le empezaron a dar la titularidad hasta que Junior Díaz se lesionó.
Lo mismo pasó con Aguilera, de 17 años, y con Mora, de 19, quienes jugaron desde el arranque en el Ricardo Saprissa porque un partido antes a la Liga le expulsaron a tres jugadores de experiencia.
Aguilera y Mora, sumados a Castro, de 18 años, quien fue un gran relevo en la Cueva, demostraron tener la capacidad de jugar en el primer equipo ya, no solo cuando haga falta gente.
¿Qué hubiese pasado si Junior no se lesiona? ¿O si a la Liga no le expulsan a tres jugadores un partido antes de enfrentar a Saprissa? ¿Habrían jugado estos cuatro jóvenes el clásico?
Yo no lo creo.
Estamos claros con que a un jugador no hay que ponerlo a jugar solo porque es joven, porque no. Tiene que ganárselo, pero estos cuatro ejemplos demostraron, con pocos minutos, que tiene con qué defender la camiseta rojinegra, por lo que uno esperaría que ahora que hay equipo completo de nuevo, no les vuelvan a dar solo los últimos cinco minutos de un partido, o que sean el famoso cambio de tiempo.
Quizás este era el momento preciso y no antes, solo Andrés Carevic sabrá por qué ahora sí y no antes, pero espero que si ya vio que esos jóvenes rinden más que otros (los manudos saben quiénes), no los vuelva a olvidar en el banquillo.
Lo de Alajuelense es de aplaudir, por lo que ojalá no sea flor de un día, sobre todo porque la afición está ilusionada, no solo por el rendimiento del equipo, sino porque ve en estos chiquillos una esperanza para el futuro.
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