Los deportistas no escapan a un entorno de violencia sexual, según se desprende de una encuesta realizada por el Comité Olímpico Nacional que se llama ‘Por un Deporte Seguro”, aplicada a 375 atletas adultos de 35 federaciones deportivas del país.
Los resultados fueron reveladores y entre otros, se desprende que 23 de cada cien deportistas han sido víctima de violencia sexual al menos una vez en su vida deportiva. Del total de quienes dijeron ser víctimas, 65 son mujeres y 35 hombres.
Ojo a los padres de familia porque esas manifestaciones de violencia ocurrieron, en el 54 por ciento de los casos, cuando los atletas eran menores de edad.
El estudio indica que las principales manifestaciones fueron: doce de cada cien manifestaron haber recibido bromas o comentarios sexistas, nueve de cien casos fue de acoso con la mirada y nueve de cada cien también ha presenciado o se dio cuenta de una situación propia de acoso sexual.
En un 35% de las veces este tipo de violencia provino por parte de otro deportista, seguido con un 25% por el entrenador y en 15 ocasiones de cada cien fue por parte del personal administrativo de la federación o de extraños.
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En un 72,34% de las veces el agresor fue un hombre y en el 27,66% una mujer.
Además, 41 deportistas de cada cien dijo no saber a dónde acudir para obtener apoyo y 57% no conoce la Ley contra el Hostigamiento y Acoso sexual en el Deporte.
Debido a esos resultados, el Comité Olímpico Nacional (CON) plantea que se debe crear una ley que sancione la violencia no accidental en el deporte que, además, garantice un espacio neutral donde se reciban y procesen las denuncias y que brinde el acompañamiento y la guía que la víctima requiera a nivel legal y psicológico.
Dos casos conocidos son el de la esgrimista Dirley Yepes quien fue víctima de este tipo de situaciones y el caso de un entrenador de boxeo, quien fue acusado.