Ningún manudo que tenga menos de 35 años vio la última vez que Alajuelense alzó un título en el estadio Ricardo Saprissa, lo cual se remonta a 1991, con un equipo que quedó para la historia.
En una serie inolvidable, los erizos sacaron el triunfo en los dos partidos del duelo por el título, primero con un 2-1 en Alajuela, con tantos de Mauricio Montero y Ricardo Chacón, y luego 1-0 en Tibás con gol de Austin Berry, anotación que aún hoy en día es muy recordada.
Si bien es cierto un triunfo o un empate este domingo en la Cueva no le da el título a los manudos, sino que obliga a jugarse dos mejengas más, la llegada al club de uno de los protagonistas de aquel momento como lo es Chacón, hizo recordar el hecho.
La celebración de su gol en aquella final es una postal que quedó en la memoria de los rojinegros, ver esos ejemplos los llenan de confianza para pensar que lo pueden hacer nuevamente.
“Este jueves estuve repasando y recordando esa final con algunos compañeros de la administración, tengo varias fotos, una abrazado con Austin Berry en el momento que él hace el gol, otra rezando en el camerino luego de lograr el título y otra el equipo titular que jugó ese partido.
“Es una historia muy linda y uno quisiera que este equipo vuelva a recordarle a uno el que creo es uno de los momentos más lindos en la carrera deportiva y en lo personal. Ganar en el estadio Saprissa un título es muy lindo”, comentó Chacón a La Teja sobre aquel momento.
El gerente tiene claro que para poder repetir esa historia, su equipo necesitará entrar primero a sacar esta primera serie, dejarse la segunda fase y en la gran final y sacar otra gesta igual.
Similitudes
Otro de los protagonistas de ese momento fue el Chunche, quien también marcó en la primera mejenga y disfrutó después lo que significó celebrar en Tibás. Para él hay varias similitudes entre aquel momento y este.
“Esa vez el equipo empezó bien en el campeonato, luego tuvo un bajonazo y después volvió a levantar y su mejor momento fueron las etapas finales. Teníamos desde el 85, 86 que no se quedaba campeón, en la época del final Juan José Gámez, para ese entonces, se trajo a todos los cara sucias, como Juan Carlos Arguedas, Berry, Víquez, Peinado, Paul Mayorga.
“Toda esa gente empezó a llegar de abajo, aportó juventud y empezó a engranarse algo bueno. Teníamos mucho rato de no ganarle a Saprissa también, nos pasaba que íbamos ganando, cometíamos errores y perdíamos y llegó un momento que en esa final lo asumimos de otra forma, salimos a ganar a como sea, meter mucha pierna, bolas divididas se ganaban y se ganó el partido”, recordó Montero.
Para ese momento la Liga era dirigida por el checo Iván Mraz, un técnico extranjero que llegó a aportar orden y una nueva filosofía en el club que se impregnó en el equipo, sin embargo, el favorito por plantel y los comentarios de la prensa entonces era el Monstruo, dirigido por Odir Jacques.
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Mauricio destacó, eso sí, que en esta ocasión los equipos están un poco más parejos que en aquel momento, en el que el plantel de Saprissa, en el papel, parecía más fuerte.
Para repetir esa hombrada, Montero asegura que hay que entrar muy concentrado y convencido en lo que se quiere, pues para él es casi seguro que habrá gran final, el asunto es el cómo lleguen.
“Saprissa para mí el domingo tiene que tratar de ganar el partido, aunque no le alcance para sacar la serie, porque si lo empata o pierde, sicológicamente ya irán afectados para la gran final. Ya en una gran final irían 50-50, para mí”, agregó.
Para repetir la historia, primero hay que escribir una página más y llegar entonces a una serie en la que ahí ya será algo parejo, una moneda en el aire totalmente.