Saprissa puso a dormir a sus fiebres con un empate que se pasó de bostezos

Un partido para el bostezo, sin ocasiones claras y con la lluvia de fondo en muchos lugares de Costa Rica luego de una jornada laboral, no culpamos a algún morado que se haya dormido viendo el desabrido empate a cero que sacó Saprissa en su visita ante el Universitario de Panamá.

La igualada consolida al Monstruo como líder del grupo A en la Copa Centroamericana, con siete puntos, segundo Cartaginés con seis y terceros los panas con cinco. Sin embargo, el 0-0 aún no clasifica al Monstruo a la siguiente fase.

Quién pensaba que la S iría a Panamá a pasear o de compras como más de un tico que se da la vuelta al país vecino para traerse algunas cositas se llevó un sorpresón, la pura verdad.

Universitario fue más de lo que muchos pensaban, es cierto que estaba en su casa y con la necesidad de ganar para pensar en la clasificación a la próxima ronda que con cuatro puntos, no era lejana.

Ojo que la motivación para los panas era grande, pues si le ganaban al Monstruo pasaban a liderar el grupo A del torneo y mandaban al Cartaginés al tercer puesto, era un salto significativo.

Ahora, una cosa es lo que se quiere y otra lo que se puede, el rival de la S estaba bien parado atrás, pero adelante no lucía como un cuadro muy competente, y se dedicó a regalar tiros libres en las afueras del área, los cuales los ticos cedieron como pocas veces.

Alguien que supiera cobrar un tiro libre en ese cuadro, al menos tirarla por dentro con potencia y colocación y cuidado, pero cuando no se tiene algo, es muy difícil hacer chocolate sin cacao.

Hay partidos que las estadísticas engañan y este es el caso, porque hacia el cierre de la mejenga, casi al 90, Universitario sumaba diez tiros y Saprissa diez, uno diría que eso sonaba bien, como una mejenga muy movida, pero no hay que irse en la finta.

De esos remates casi ninguno o ninguno fue para haber pegado un susto, al menos arrancar un uuuuyyyy. Por el contrario, fue un partido marcado por las imprecisiones por ambos lados.

Tiros libres a los cielos, otros que no pasaban de la barrera, centros a la olla que morían en la cabeza de los defensores o en el pito del árbitro por faltas que aparecían antes que la pecosa bajara.

Y no es que estamos hablando que Saprissa tiró los famosos equipos alternativos tan comentados por estos meses en el fútbol nacional, tiró pura posta; incluso, ingresó como titular, por primera vez en el semestre, a Kendall Waston, pero ni siquiera su potencia en los aires inquietó por ahí.

Se necesitó mucho rato para que alguien se saliera del sueño y diera paso al atrevimiento. Imagínese que fue hasta los 78 minutos cuando Michaell Chirinos pudo inventarse una que pintaba a gol.

El catracho, finalmente, pudo colarse en la defensa por la zaga derecha, se quitó un par de marcas y mandó un trallazo que apenas pudo mandar a tiro de esquina el meta canalero Joseph Esquina.

Vladimir tuvo que empezar a mover la banca a ver si alguien entraba con la energía suficiente para sacar a la mejenga del bostezo en el que estuvo dormida siempre.

Ni Orlando Sinclair, ni Ryan Bolaños, ni Julen Cordero tenían esa llave, estaban contagiados del letargo que se extendió por 90 minutos en Panamá.

Se movieron más y pusieron más color los integrantes de la Ultra que hicieron el viaje a Panamá y se pusieron detrás del marco norte en el estadio de la U.

Si algún fiebre dio el botonazo para pasarse a ver el partido de Inter de Miami de Messi por las semifinales de la Open Cup de la MLS no lo culpamos, al menos allá vio goles y algo de emoción.

Ojalá que a Saprissa no se le pegue la dinámica de esas mejengas, porque además del botonazo, podría perder algo más, no es nunca ni por asomo, lo que se espera del bicampeón nacional.