Alajuelense sufrió, sudó y tragó grueso con todo lo ocurrido este domingo ante Santa Ana en el que rescató un empate a uno con un penal agónico y polémico en el cierre.
Los manudos se toparon en Santa Ana una mejenga fea, desde lo propio en la elaboración y hasta en el manejo ante un rival que se supone era una presa fácil y no fue el caso.
Todo lo que le podía salir mal, le salió mal, un partido de esos terribles en el que aún no amarró la clasificación y hasta le expulsaron a su principal figura, Celso Borges, al final rescató un empate, pero de esos que deja un mal sabor de boca.
Se supone que enfrentarse ante un rival ya descendido, sin nada más que hacer podía ser sencillo, pero no fue así, para el León fue un sinsabor que sin duda no se esperaba.
Todo eso estuvo lejos de suceder, la pequeña cancha de Piedades se despidió de la primera división con un choque muy malo para el León, el peor de los tres desde que llegó el Machillo Ramírez y un buen recordatorio que con su sola presencia no mejorará todo.
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Mejengas como estas le muestran el camino al nuevo cuerpo técnico de que todavía queda mucho por hacer y que la luna de miel que viven los erizos con el regreso de uno de sus refentes en el banquillo también tiene preocupaciones por juegos como este.
Fue un partido que perfectamente pudo darse en la época de Alexandre Guimaraes, en la que a la Liga le costó asfixiar al rival o crear tantas jugadas claras para irse adelante, de esos malos
Fue otro empate de esos desabridos, sin sal ni magia, de los que hicieron que el invicto manudo fuera más una ilusión estadística que otra cosa, males que en el club no se corrigen ni con el cambio de técnico, pero al final la situación fue mucho peor.
Ni hablemos de la polémica arbitral que también hubo por el penal con el que los erizos lograron igualar las cosas.
A ver, llegadas el León tuvo, pero fueron o remates de larga distancia o dos opciones clarísimas que el colombiano Jeison Lucumí falló de manera sorprendente, de no creerse.
Perdonar así suele salir caro, porque además Santa Ana se insinuó varias veces en algunas buenas tapadas de Washington Ortega, quien tuvo más brete que en muchos otros partidos con los erizos con un par de buenas tapadas en el primer tiempo.
La primera que falló el cafetero fue sorprendente, Patrick Pemberton salió lejos del marco, dejó un rechazo corto afuera del área, la bola le quedó a Lucumí, tuvo para matar sin portero ni nada, pero la tiró afuera del arco por unos centímetros, era un gol cantado.
Para el complemento, la cosa se calentó mucho, empezó todo con la otra que falló Jeison al inicio del segundo tiempo, se la filtraron frente a marco, pero de nuevo falló.
Santa Ana se arrimaba más, exigía más a Washi, quien tuvo que tapar otro par afuera del área, pero llegaría el gol que tanto pulsearon.
Javier Camareno aprovechó una bola que le quedó solo frente al área, luego de un rechazo se dio una media vuelta y liquidó a los 77 minutos, el día que el jugador además celebró su partido cien en primera.
Cuatro minutos después se fue expulsado Celso Borges por un codazo tras un agarrón, es claro que se le guindaron del cuello, pero una cosa no justifica la otra, la infracción la hizo y ahora esperar el castigo para ver qué se perderá en semifinales.
Con ese ṕanorama malísimo, en el que parecía que se perdía el invicto, cayó el penal que al menos rescató un punto, una falta que el réferi vio de Mauricio Villalobos sobre Bryan Oviedo al tratar de agarrar una bola, se revisó en el VAR, pero se ratificó la decisión.
Alberto Toril, quien entró de cambio, marcó la falta a los 89, su sexto gol contra Santa Ana, volvió al gol y al menos le rescató al León el segundo lugar, sin embargo eso no borra que a la Liga de este domingo, le faltó mucho, muchísimo.