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Este sábado no será un día normal en la casa de los Villalobos Vega, pues podrían cumplir el sueño que tuvieron de toda una vida cuando sus hijos Mauricio y Gloriana iniciaron en el fútbol apenas siendo unos niños.
Los gemelos han sido inseparables desde siempre, kínder, escuela y al llegar a las ligas menores del Saprissa cuando su papá, don Carlos Alberto los llevaba a entrenar en las instalaciones que alquilaba el Monstruo en Belén.
La ilusión fue verlos a ambos como profesionales en el equipo de sus amores, por decisiones y diversos factores en su momento no se dio, pero como dicen, el tiempo de Dios es perfecto y este sábado llegó la oportunidad tan anhelada.
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Los chicos tuvieron que viajar muchos kilómetros para cumplir su sueño, Gloriana será la primera que podrá jugar, a las 2 p.m cuando el equipo femenino morado enfrente a la Asociación Deportiva Chorotega en Nicoya en el regreso del fútbol femenino tico.
Luego, Mau podrá hacerlo cuando el Monstruo visite Pérez Zeledón para enfrentar a los Guerreros del Sur a las 6:30 p.m.
Mauricio reconoció en charla con La Teja que sin duda, es algo que ilusiona mucho a todos en la familia y que él mismo en algún momento hasta dudó si se daría.
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“Todos estamos con mucha alegría, con mucha satisfacción, ver que después de muchos años se está haciendo el sueño realidad, es un momento muy importante con ganas que arranque y poder disfrutar mucho de este reto que se viene”
“Es algo bastante bonito para toda la familia, es esa alegría por ambos lados y la verdad bastante contentos de ver que el equipo femenino pudo volver, ser una experiencia que sin duda todos como familia vamos a disfrutar bastante”, comentó.
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Mau afirma que desde que eran niños el fútbol era algo por lo que sentían mucha pasión, con su hermana pasaba pateando bola y en la casa todo tenía que ver con el deporte.
“Recuerdo jugar en el patio de la casa, los dos con el uniforme de Saprissa. Nos divertíamos mucho, y ahora que vemos esta oportunidad hecha realidad, es algo que sin duda nos alegra muchísimo”, añadió.
Mauricio salió de Saprissa en el 2018, cuando tenía 18 años porque tomó una beca para irse a estudiar a una universidad en los Estados Unidos y allí podría además jugar. En aquel momento estaba en el Alto Rendimiento morado y ya entrenaba en el primer equipo.
Vladimir Quesada incluso lo convocó a un clásico, pero no jugó y a los meses él tomó la decisión de continuar su futuro en otra parte. Al volver a Costa Rica en el 2024 juntó para el Uruguay de Coronado en la Liga de Ascenso y el torneo pasado con Santa Ana FC.
El fútbol es impredecible, pero gracias a su desempeño en el torneo anterior, regresó al equipo de sus amores. Aceptó la oferta sin dudarlo, movido más por el corazón que por cualquier otra cosa, dada la importancia del club para su familia. Sin duda, una de las más felices fue Gloriana.
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“Fue de las cosas más bonitas, cuando le conté se llenó de mucha alegría, de mucha ilusión, siempre me ha apoyado en todo momento, ha estado a mi lado y esta es una etapa más en la que sé que ella va a estar ahí”, añadió.
Al volante, nunca le ha molestado que lo señalen como “el hermano de Gloriana Villalobos”, pues siempre se ha sentido muy orgulloso de lo que ella ha conseguido. Ahora ya lo ubican por ser quien es.
“Es algo que siempre he llevado y más bien lo hago con mucho orgullo, pero también sabiendo que yo trato de hacer mi carrera, seguir creciendo por mi cuenta”, finalizó.
Sin duda en la casa de los Villalobos Vega la pasión por Saprissa se siente el doble y se difrutará mucho, luego de tanta espera.
