Ricardo Blanco supo esperar, tuvo la fe intacta de que el fútbol y Dios le permitirían volver a una cancha, y este domingo logró lo que en un momento parecía imposible.
El lateral derecho del Saprissa volvió a jugar después de dos años y medio de ausencia. Jugó once minutos en el duelo ante Puntarenas FC, sustituyendo a Kenay Myrie, en un momento cargado de emoción.
Todo el estadio Ricardo Saprissa se puso de pie para aplaudir y ovacionar su regreso.
Richi no jugaba un partido desde el 29 de mayo del 2023, en el partido de vuelta de la final del Clausura 2023, luego empezó un calvario de lesiones que lo tuvieron lejos de las canchas con una recaída tras otra y un camino que parecía sin fin.
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“Nunca me di por vencido”
Al acabar el juego, el jugador de 36 años tuvo que ser muy valiente, aguantar las ganas de llorar y con los ojos un poco rojos de la emoción, dio sus primeras palabras en una entrevista que dio a Gabriela Jiménez en Canal 7.
“Estoy feliz, todo esto es gracias a Dios y a la fe, nunca me di por vencido, luché, la única enseñanza que puedo dar es que no se rindan nunca, en el fútbol, en lo que sea, la vida nos da mucha oportunidades, la mente es muy poderosa”
“Hay que rodearse de personas que están cuando estás de malas, cuando no estás en los tiempos buenos, eso son los que valen la pena, el resto viene y va, pero la familia, la paz, la perserverancia, es lo que nos deja estar acá”, contó.
El momento más emotivo
Cuando tocó el primer balón y dio el primer pase, afirma que sintió una gran emoción, además de escuchar el respaldo que recibió de la afición.
“Es un sueño, los planes de Dios son perfectos, me dijeron que no volvería a jugar fútbol y acá estoy. Las barreras se las pone uno mismo. La mente es muy poderosa y sobre honra y gloria a Dios. Siempre con fe”, destacó.
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Ansiedad y gratitud antes del regreso
Richi contó que la noche previa a este domingo la pasó con ansiedad, un poco de nervios, pero mucho ánimo de lo que se venía.
“Tenía ganas de llorar de la felicidad, pero sobre todo con los pies en la tierra. Reconozco lo que me costó, lo que me enseñó el camino. Nunca perder esa esencia, porque las mejores enseñanzas están en los momentos más difíciles”
“Esto es otro premio de Dios, que más lindo que el amor que le tengo al fútbol, a esta institución que me acompañó en todo momento”, finalizó.
