Santos ganó su final y dejó a Grecia en cuidados intensivos y pensando en el descenso

Santos ganó su final, no importó en lo absoluto que no hubiera ganado un solo partido como visitante en toda la temporada, si, en el que puede ser el más importante, en el que se jugaba prácticamente la vida, lo logró al triunfar 1-0 en la casa de Grecia.

Enfrentados el último y penúltimo de la acumulada, había demasiado en la mesa y allí es donde los caribeños parecieron entender mejor qué estaban jugándose.

No es que los guapileños fueron abrumadoramente superiores, pero sí tuvieron más opciones, se les vio más hambre y, lo más importante de todo, hicieron el gol que les permite ganar la mejenga más trascendental del torneo, ante el rival con el que se jugaban su campeonato.

Los caribeños no pueden cantar victoria todavía, pero al sacar ocho puntos de ventaja con nueve por jugarse, tendrían que pasar demasiadas cosas para que se terminen yendo a la segunda.

Los rojiblancos llegaron a 37 en la acumulada, uno más que el Puntarenas FC, tres más que Pérez Zeledón (con un juego menos) y a ocho del sótano.

Para Santos era el partido, no solo porque estaba ante el rival directo, sino que luego su calendario es durísimo, cierran ante Cartaginés, Alajuelense y Saprissa.

El gol de Óscar Linton, a los 44 minutos, además de llenarlos de vida, es como una sentencia para Grecia, un momento que casi los puede dejar marcados y listos para la segunda.

La jugada nació de un tiro libre desde la banda izquierda que Luis José Hernández tiró al área. Kenner Gutiérrez rechazó, el salvadoreño Adán Clímaco remató, Liborio Sánchez la tapó, pero el rebote le quedó a Linton, quien liquidó.

Fue una puñalada casi mortal para Grecia, que lo deja en el umbral del descenso y obligado a una hombrada en la fechas finales para recuperar los puntos que no ha sumado en todo el torneo.

La situación es tal que si las Panteras caen ante la ADG el otro fin de semana, póngale la firma porque ya no los salvaría nada, por más fichajes y promesas que hizo su dueño y técnico Javier San Román.

Luego, Santos supo manejar ante un rival sin ideas ni variantes, tirando centros y centros al área que se morían en la zaga rival, sin peligro alguno. Los cambios no aparecieron ni tampoco las invidualidades, esos refuerzos pesadísimos que ningún equipo tico podía darse el lujo de tener, según San Román.

Más bien el visitante estuvo más cerca de meter el segundo, Liborio tuvo un par de buenas opciones, Cristian Zúñiga tuvo una para liquidar la mejenga, pero el tirito en un mano a mano fue muy fácil.

Si no pasa nada extraordinario, Limón seguirá con un equipo en primera; el Santos ganó cuando tenía que hacerlo, a Dely Valdéz podían señalarle que su equipo no fue brillante nunca, pero sacó el partido para el que lo contrataron, en estas situaciones, eso era todo.