Deportes

Una acera y vallas de PVC hechas por su padre marcaron el inicio de la atleta de oro Andrea Vargas

La campeona llegó este sábado al país y fue recibida por todo lo alto en su pueblo natal, Puriscal

EscucharEscuchar

El coraje y la fuerza de la atleta de oro Andrea Vargas, quien dejó en alto a Costa Rica en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, se forjaron en una acera y con tubos de PVC que su propio papá (Juan Manuel Vargas) le construyó.

Fue en Santiago de Puriscal donde la medallista de oro en los 100 metros con vallas dio sus primeros pasos, lo hizo junto a su hermana Noelia, quien acompañó a La Teja por esos rincones inspiradores, recordando aquellos tiempos donde su hermana mayor construyó el éxito junto a su madre y entrenadora, Deysiana Mena.

Noelia también es atleta, es cuatro años menor que Andrea quien tiene 22 primaveras, pero mientras su hermana prefirió las vallas, ella se inclinó por la marcha.

“Ella corría y corría, nunca quería parar de correr. Entonces como mi mamá vio que le gustaba tanto correr la metió en un grupito de atletismo aquí en Puriscal y luego en otro en Cartago, pero ella entrenaba aquí, solo los sábados iba allá”, contó.

“Nosotras veníamos juntas aquí al estadio de Puriscal, pero entrenábamos separadas porque realizábamos entrenamientos diferentes. Al principio mis papás nos compraban los implementos, pero desde hace dos años a mi y hace como cuatro a ella, nos dieron beca en el Icoder, ella también tiene la del Comité Olímpico”, reveló Noelia.

Pero al comienzo tuvo que batallar con el hecho de no tener las vallas, por eso su papá se las construyó. Como buen padre, don Juan Manuel no se quedó de brazos cruzados y, aunque no eran las ideales porque ya estaba en un nivel profesional, eran perfectas para que su pequeña se puliera.

Dice la marchista que después la Federación de Atletismo le donó 10 vallas profesionales y fue otra historia. Esas pueden llegar a costar hasta $100 (¢57 mil) cada una.

“Ha sido duro y todo, pero por lo menos nos han dado apoyo y estamos mejor que antes. Empezamos aquí en el estadio Luis Ángel Calderón de Puris, hubo un tiempo que cerraban el estadio, entonces entrenábamos en la calle, en las aceras del estadio o en el polideportivo de Santiago. Son años de dedicación y entrenamientos muy fuertes, pero todo vale la pena”, recordó esta estudiante de Derecho, quien va por el mismo camino de Andrea, quien ya es abogada graduada.

“Es de admirar como es ella porque en todo va muy bien, con la familia, el deporte, el estudio. Ha podido sacar todo muy bien, ella es muy organizada”, agregó.

Y es que parece que Vargas puede brincarse todos los obstáculos no solo en la pista, sino también en la vida, porque además de los implementos en un momento se quedó sin técnico y fue cuando apareció su madre.

“Mi mamá, al ver que en un torneo centroamericano no tenía apoyo del entrenador porque no fue, decidió prepararse como entrenadora, especializarse en el área y hasta el día de hoy nos está entrenando, Bueno, ella cuando es entrenadora nada de chineos y en la casa es una mamá muy buena”, vaciló la menor de la Vargas, quien esperó con ansias la llegada de su mami y hermana este sábado por la mañana.

Dice Noelia que en su familia cuentan que desde su primer año Andrea andaba corriendo y fue a los ocho que decidieron meterla a practicar atletismo.

Ahora la historia empieza a pagarle el esfuerzo a Andrea, quien ahora es vecina de Mercedes Norte pues se casó y se trasladó a esta comunidad. Ya con la medalla de oro en su poder y con su nombre retumbando en los oídos de los ticos, deberá tomar un camino que la lleve a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La reina tuvo espectácular recibimiento en Puriscal

La reina de la prueba de los 100 metros con vallas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, regresó este sábado a su natal Puriscal y tuvo una bienvenida por todo lo alto.

Antes de eso, a las 9:30 de la mañana, la ganadora de la medalla de oro fue recibida por sus familiares y amigos en el aeropuerto Juan Santamaría, donde los presentes llenaron de aplausos a la campeona.

Luego, la dueña de la única presea dorada para Costa Rica en las justas colombianas, se trasladó hasta su querida Puriscal, donde fue recibida como toda una reina por su pueblo. La atleta desfiló en un vehículo con su pequeña hija Avril y su hermana Noelia.

Vargas compartió con sus paisanos, mostrando con orgullo su medalla dorada y no le negó una fotografía a nadie. Finalmente tuvo palabras de agradecimiento por la forma en que la recibieron y por todo el apoyo brindado durante su gesta deportiva en Colombia.

Colaboró: Marvin Gamboa, corresponsal LT

Andrés Mora

Periodista con licenciatura en Comunicación de Mercadeo. Forma parte del equipo de Deportes. En Grupo Nación desde noviembre del 2011.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.