Viajar a lugares exóticos, degustar de comidas diferentes, disfrutar de una ricas vacaciones, tener acceso a una tarjeta de crédito ilimitado, y vivir en un castillo: es parte de los lujos que se podría dar la mujer que cumpla los requisitos de Benjamin Slade, un multimillonario empresario y descendiente de la realeza británica.