Osvaldo Valverde se paró frente al río Turrubares y, cerveza en mano, brindó por estar vivo y haber conocido a su primera nieta. Pero casi no lo logra.
Osvaldo Valverde se paró frente al río Turrubares y, cerveza en mano, brindó por estar vivo y haber conocido a su primera nieta. Pero casi no lo logra.