Desde el típico macho, con pelos en el pecho, sombrero, galán y con porte de vaquero, hasta los jovencillos que ligaban con solo tener un blanco en la mano y que convertían sus idas a la playa en casi una serie, así era la publicidad que se le daba al cigarro hace varios años en nuestro país.
Este 31 de mayo se celebra el Día Mundial contra el Fumado, por lo que quisimos recordar el impacto que tuvo la publicidad de cigarrillos, cuando la hubo.
La falta de leyes que prohibieran ese tipo de publicidad, así como el desconocimiento de muchas personas sobre los daños que causa el fumado, eran aprovechados para hacer grandes producciones que hacían ver “cool” a quienes compraban tabaco.
Marcas como Delta, Marlboro, Derby, Belmont, Lucky Strike, Viceroy y Rex eran un pegue en nuestro país y se daban el lujo de hacer de sus anuncios verdaderas campañas, que se mantenían en los diferentes medios de comunicación por semanas y que, incluso, tenían seguimiento, pues la que daba mejor resultado tenía una continuidad con más actores y personajes, que hacían “más interesante la pachanga para el que fumara”, sumado a un eslogan pegajoso, que con solo escucharlo una vez, ya se andaba repitiendo.
Más de uno se acuerda de los famosos vaqueros de Marlboro, los cuales eran admirados por muchas damas y casi que modelos a seguir por los caballeros.
O los muchachos de Velmont que se iban en un chuzo a la playa, se encontraban a unas chicas hermosísimas y la pasaban bomba. Siempre con su cigarrito cerca.
O el eslogan: “Por que mucho tenemos en común... Delta”.
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Lo vivió
El experimentado actor Álvaro Marenco cuenta que él participó en varias campañas para incitar a la gente a que fumara y asegura que eran, quizás, los anuncios mejor producidos hace 30 años.
“Trabajé con el productor Víctor Vega (ya falleció) en varias ocasiones con una empresa de publicidad que tenía, que era de lo más connotado de ese momento. Hicimos una campaña grandísima de Derby, con unas chicas muy guapas que trajeron de Puerto Rico y de Estados Unidos, en esa ocasión me tocó estar detrás de cámaras y fue un contrato muy largo con la tabacalera”, recordó.
“Era normal fumar en el cine, en los restaurantes y en los bares se podía, en los aviones también, como que al lanzar las campañas en relación al fumado era parte de, no se veía para nada mal. A los anuncios se les daba continuidad, las chicas se iban en un Jeep a la playa, luego se mostraba lo que hacían allá, era una loquera”, comentó.
Marenco también fumó, pero lo dejó luego de un tiempo que estuvo en Francia, pues a su regreso algunas personas cercanas le hicieron notar que no se despegaba del cigarro.
“Lo dejé y vieras que al tiempo me ha favorecido mucho, más ahora que me dio covid-19, que estoy seguro que si no hubiera dejado de fumar hace como 30 años, quién sabe qué me hubiera pasado”, agregó.
Otro que estuvo presente en publicidades de cigarrillos en los años 90 fue el actor y dueño del teatro Moliére, Jaime “Gato” Castro, quien afirma que los anuncios para ese vicio eran los que mejor pagaban y más chineaban al elenco.
“Participé en uno de Delta donde el que compraba el paquete podía ser que le saliera el cigarro premiado con dos millones y el anuncio trataba de que un chavalo ganaba y enyesado de las dos piernas, los amigos lo llevábamos celebrando.
“Fue una época de anuncios muy famosos, de hecho, en esa época yo fumaba y era por la imagen del ‘macho’ que le daba el cigarro, de hombre rudo y era por la publicidad de Marlboro, también me acuerdo los de Derby y Velmont, que eran con canciones y que todo mundo iba de fiesta a la playa.
“Todo incitaba a fumar, en mi caso yo no fumaba, pero como todo mundo lo hacía, lo empecé a hacer cuando ingresé al Taller Nacional de Teatro, por dicha pronto lo dejé y ya tengo 25 años de no hacerlo”.
Para Gato, el hecho de que ya no se vea publicidad de este tipo ha ayudado a que mucha gente dejara de fumar, aunque también ayuda de que ya en sitios públicos tampoco se pueda quemar el blanquito.
“Sí, disminuyó un poco, además de que el que fuma tiene que andar buscando dónde hacerlo, antes todo mundo lo hacía, ya fuera en un restaurante o en un bar, pero ahora depende de la zona, porque incomoda a la gente. Creo que en algo tiene que ayudar que la publicidad no sea tanto”, agregó.
Casi 10 años
Fue en junio del año 2013 cuando en nuestro país se empezó a aplicar la ley 9028, llamada Ley General del Control de Tabaco y sus Efectos Nocivos en la Salud, la cual estaba vigente desde marzo de 2012.
Esta previene y combate el consumo del tabaco y prohíbe la demostración de publicidad que incentive el consumo, esto gracias a la Red Nacional Antitabaco (RENATA), que se puso pilas y logró un verdadero cambio en este tema.
Desde entonces, no se ve ningún anuncio, además, con el tiempo algunas marcas de cigarrillos perdieron su poder y ahora cuesta decir de memoria los nombres de alguna, sin ser fumador. ¡Bien hecho!