Farándula

Entrevista con Majo Ulate: “Ningún equipaje pesa cuando hay amor ”

Majo Ulate se alista para visitar la comunidad indígena de San Vito de Coto Brus, a donde espera ir acompañada de su amor Mauricio Hoffmann

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“Ningún equipaje pesa cuando hay amor”, con esa frase, la maquillista María José Ulate describe la travesía que hace cada cierto tiempo con un grupo de misioneros, con quienes se adentra en zonas lejanas de nuestro país para llevarles a los indígenas un poco de alegría, comida y esparcimiento.

Se podría decir que esa frase es un estilo de vida para Majo, pues no es un secreto para nadie que el último año fue pesado para ella por su relación con Mauricio Hoffmann, pero el amor ha podido más.

Ulate se alista para la próxima visita a la comunidad indígena de San Vito de Coto Brus, en la zona sur de nuestro país, la cual hará el 21 y 22 de este mayo. Todavía está esperando para saber si su macho puede acompañarlos y vivir esa experiencia.

Para el viaje, Majo y un grupo de amigas están reuniendo víveres, platita y todo lo que se pueda para colaborarles a las personas que viven en esa zona.

Para ayudar se puede donar por SINPE móvil al número: 8823-2680 (a nombre de Joseline) o también, están recibiendo comida no perecedera en el salón de la maquillista, que queda 200 metros norte del KFC de Paseo Colón.

Puede seguirlas
Para ver la misión, puede seguirla por medio de Instagram en el perfil “El diario de un misionero” o en las historias de Majo Ulate.

- ¿Cómo empezó con eso de ser misionera?

Empezamos en el 2018, pero en pandemia tuvimos que ponerle pausa. Inició como parte de un grupo de una iglesia evangélica, como un apoyo espiritual para los niños y adultos.

Luego el grupo se separó de la iglesia, pero seguimos solas como misioneras, somos tres chicas que llevamos el mensaje de Cristo y apoyamos a estas personas. La diferencia es que antes era un grupo supergrande en el que se dividía todo y ahora solo somos nosotras, haciendo la fuerza para recolectar lo más que se pueda.

- ¿Cómo será esta misión?

Nosotras nos vamos un sábado a las dos de la mañana, a las siete estamos en San Vito y después nos vamos a la zona indígena. Eso se coordina con un pastor de allá y él invita a unas 60 familias a las que les hacemos el desayuno, actividades durante todo el día, algún culto, predicas y se les da almuerzo y cena. El domingo desayunamos y ya nos venimos.

Son dos días en que no se para, es una experiencia pesada porque en alguna ocasión nos ha tocado caminar hasta por cinco horas porque hay zonas en que no llega ningún vehículo. Ellos nada más nos mandan caballos para llevar lo más pesado y cada uno carga su maletín, su bolsa de dormir y lo personal. Nosotras usamos una frase de que ‘ningún equipaje pesa cuando hay amor’, porque ya cuando uno está ahí todo vale la pena.

- ¿Cuántas veces ha ido?

Se hacen dos por año, pero hemos ido a Chirripó y a San Vito unas cinco veces.

- ¿Y cómo los reciben?

Al principio cuesta que nos tomen confianza porque nos ven con el pelo pintado o que hablamos diferente, sí se nota la timidez, pero ya al domingo están todos encima de uno. Cuando regresamos uno queda con una goma moral porque ve cosas duras de gente que vive en condiciones muy difíciles, entonces uno se siente tan malagradecido de tanta bendición que uno tiene, yo soy una que voy y deja la ropa, solo me traigo lo que ando puesto porque para ellos unas medias calientes o un abrigo son mucho.

- ¿Solo van ustedes?

Vamos con varios integrantes de nuestras familias, generalmente llenamos una buseta por lo menos de 10 personas, porque allá necesitamos a tres encargándose de la cocina, porque toca hacer la comida en un fogón, también otras con las predicas y otras con los niños.

- ¿Mauricio va?

Estamos viendo, porque como los horarios son tan complicados, todavía no sabemos, pero él sí está superdispuesto.

- A mí me contaron que una de las cosas que vio él en usted fue ese bonito corazón que tiene, ¿cree que fue así?

Yo creo que no es el hecho de si uno es bueno o no, es el hecho de que uno conoce a una persona de buena energía y eso se siente, cuando una persona vibra bonito es lógico que quiera estar cerca de ella porque dicen que todo se pega. Siento que si uno vibra en amor, en solidaridad y en cosas buenas, la gente que va a atraer es a la que está igual.

- ¿Cómo ha hecho para mantener esa buena vibra con todo lo que se le ha venido encima en el último año y medio?

Yo pienso que entre uno más se conozca, menos atención le va a poner a las cosas externas. Igual la gente siempre tira por estar expuesta, pero creo que hay que seguir viviendo en la realidad, porque en redes sociales se ve mucho odio, pero nadie te llega a decir las cosas en la calle. Yo lo que hago es bloquear cuando alguien comenta algo que no debe. En la vida real mis amigos y mi familia siguen como siempre.

- ¿Siente que ya lo más pesado pasó?

Fue un proceso que nadie conoce y ahí va, tal vez para uno fue pasado y para otros no, pero es un proceso que va llevando su curso.

Erick Quirós

Periodista de farándula y espectáculos desde 2013. Experiencia en coberturas deportivas. Estudió periodismo en la Universidad San Judas Tadeo. En 2019, 2020, 2021 y 2022 fue premiado como el periodista de mayor visitación de La Teja. En 2019 (compartida) y 2021 recibió el premio de periodista del año de este mismo medio.

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