Gustavo López y sus noches: “Hay invitados que me gustan mucho”

En agosto inició la segunda temporada de “De noche con Tavo”, el programa del periodista Gustavo López Cárcamo y sus nuevos invitados ya han dado mucho de qué hablar.

La última entrevista que causó muchas reacciones fue la que le hizo al líder sindicalista Albino Vargas, quien antes de finalizar la entrevista se la aplicó de gran forma para decirle “hijuep...” al periodista, quien también se lo había dicho de forma disimulada.

Hablamos con Tavo sobre este y otros temas, quien además aclaró si es o no homosexual, ya que muchos lo señalan de “echarle el cuento” a los hombres que invita.

– ¿Cuál de los invitados lo ha sorprendido más hasta el momento?

Han sido varios. Una fue Nicole Mesén, que es una muchacha con una enfermedad que se le quiebran los huesos y que padece desde niña. Me agradó mucho conversar con ella porque son historias de vida que lo hacen a uno reflexionar.

También me gustó mucho el programa de Randall Vargas porque es una persona absolutamente transparente, él no esconde nada de su forma de ser y eso lo valoro mucho.

–¿Algún otro?

Definitivamente, el de Albino Vargas. La gente me decía que para qué entrevistaba a ese mae, pero después todo el mundo lo estaba viendo. Creo que en Costa Rica nos gusta escuchar a la gente que piensa igual a nosotros y la gente que piensa diferente nos parece idiota o nos cae mal. Todos tenemos algo muy bueno y algo muy malo. A veces lo más sencillo es conversar con alguien con el que siempre vamos a estar de acuerdo, pero yo le doy mucho valor conversar con alguien con el que probablemente esté en desacuerdo en todo, uno aprende más en ese tipo de conversaciones.

– ¿Qué pasó después de terminar el programa con Albino Vargas?

Absolutamente nada, le agradecí mucho que hubiera ido y que se mostrara tal cual es. Él estaba encantado de ir, me dijo que se había sentido muy cómodo y le agradó estar ahí.

– ¿No le molestó que lo tildara de hijuep...?

No, para nada. Yo nunca me he tomado nada personal y creo que los que trabajamos en esto no podemos tomarnos algo de forma personal. Albino tendrá algo porque tiene 30 años de ser un personaje de la sociedad costarricense y yo no concuerdo con muchas con sus ideas, pero respeto mucho a la gente que piensa diferente a mí.

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– ¿Le costó convencer a Albino para que llegara al programa?

Para nada, le escribí y le pregunté que si había visto mi programa y me dijo: ’claro, cuándo voy’, y le dije tal día y eso fue todo.

Vieras que en el programa le pregunté que con cuál presidente se había llevado mejor y él dijo que con don Abel Pacheco. Dice que don Abel un día averiguó el número de su mamá (ya fallecida) y la invitó a tomar café a Casa Presidencial y eso se lo agradeció mucho. Al día siguiente del programa (se transmitió el lunes 24 de agosto) me llamó una muchacha que trabajó con don Abel para decirme que él quería hablar con Albino y le di el número. Efectivamente lo llamó para decirle que le agradecía por lo que había dicho de él y para explicarle que llamaba a la mamá para que le jalara el mecate y lo tuviera controlado, eso me contó Albino después.

– ¿Algún invitado se le ha puesto mozote y no ha querido ir?

No, en realidad ninguno me ha puesto peros, todos han sido muy cordiales y yo he sido muy claro de que vamos a hablar de todo. También les digo que si en algún momento se sienten incómodos se pueden levantar e irse. De las más complicadas de coordinar podría ser la de Jafet Soto, quien se portó superbién conmigo.

– ¿Con cuál se ha sentido más a gusto conversando?

Con varios, pero es evidente que con Edgar Silva o Everardo Herrera, porque sí son amigos míos. Con Jonathan McDonald también me sentí muy a gusto.

– ¿Cuáles de todas las entrevistas ha generado más reacciones?

La de Jafet (Soto) y la de Marcel Hernández.

Con Marcel fue algo incómodo porque en ese momento no había salido lo del proceso judicial y yo le tenía que preguntar por eso. Tuvo mucha reacción porque Marcel habló de manera muy sincera, habló muy bien de de Michael Barrantes y de Cristian Bolaños y sobre si se iba para Saprissa, lo cual generó muchas reacciones en redes. La de Albino Vargas también se movió bastante.

– ¿Alguno le llegó a cambiar la imagen que usted tenía sobre él antes de la entrevista?

A mí no, pero sé que a muchos televidentes sí. Por ejemplo, muchos me han dicho que Paté (Wálter Centeno) es un pesado, pero en realidad no podría decir eso porque conmigo no ha tenido esas actitudes. La gente la mayor parte del tiempo habla sin conocer bien al personaje y quizá, luego de ver la conversación que tuvimos piensen diferente. Conmigo también pasa, la gente me juzga por lo que ve en mi trabajo.

– ¿Qué opina de que dicen que usted le echa el cuento a sus invitados?

(Risas) Que sí, a mí hay muchos invitados que me gustan mucho y sí, yo les echo el cuento. Hay muchos que me gustan y ya que los tengo cerca pues aprovecho (risas).

Es que yo no tengo reservas para decirle a un hombre, que es lo que la gente cuestionaría, que está muy guapo, que se ve bien o que tiene una bonita sonrisa. No tengo reservas porque yo no lo veo mal.

– ¿Es usted homosexual?

No y le pregunto, ¿por qué una mujer sí puede admirar la belleza de otra mujer y uno no? Eso es machismo de parte de la gente. Igualmente, le puedo decir eso a una mujer, de que tiene unos bonitos ojos, una bonita sonrisa y eso no quiere decir que le estoy echando el cuento. Igual le puedo decir a un mae: ’¡qué bien se le ve esa camisa!’, no le veo absolutamente nada malo. La gente que convive conmigo en el día a día sabe que yo soy así.

–¿Por qué a unos invitados los recibe con vino y a otros con agua? ¿Por qué esas preferencias?

Tenés razón. De hecho en setiembre ya voy a empezar a llevar vino, pero es que me parece que puede que no termine un programa por culpa del vino. Con Everardo me pasó, nos bajamos una botella en una hora. Imagínate ya después de tres copas de vino ya uno no sabe lo que está diciendo.

Pero últimamente ya he empezado a tomar más vino entonces, ya aguanto más. Es que yo no soy de tomar cerveza ni nada de eso, es la cara la que no me ayuda.