Kiko Robles regresa a la televisión nacional y sacará roncha

Hace tres semanas el presentador Federico “Kiko” Robles recibió la llamada que tanto estaba esperando desde que decidió, en febrero pasado, regresar al país junto con su esposa, Ana María González.

Al otro lado del teléfono estaba el también presentador Antonio “el Tigre Tony” Bertarioni ofreciéndole una oportunidad de trabajo en su espacio “La Roncha”, que se transmite por Multimedios.

Al principio era solo para que presentara los días que Sharon Segura estaría de vacaciones, pero desde hace una semana Kiko se incorporó de lleno al equipo de los roncheros.

Conversamos con Kiko sobre su regreso a la televisión nacional luego de renunciar al programa “Combate”, de Repretel, en el 2014, para jalar a vivir a Argentina.

– ¿Por qué decidieron regresar a vivir al país?

– He escuchado a la gente decir que Costa Rica está duro y complicado para vivir y sí, creo que está atravesando uno de los peores momentos de la historia, pero la gente no se han dado cuenta que en el resto de países de Latinoamérica de verdad están importando mierda para poder comer y uno de esos es Argentina, donde estábamos nosotros.

¿Por qué lo dice?

Allá el dólar se fue en cuestiones de meses disparado en un 400 a 500 por ciento más y pues los que teníamos algo de plata la perdimos. Curiosamente, el 28 de febrero de este año finalizan los contratados que teníamos mi esposa y yo, por lo que tomamos la decisión de regresar.

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– ¿Cuando llegan al país en dónde se quedaron si vendieron todo antes de irse?

Cuando nos fuimos fue principalmente por un tema de salud y tuvimos que venderlo todo. Estaba atravesando una situación muy difícil a nivel personal (se dio cuenta que su hijo no era suyo) y, además, tenía a mi esposa con un tema de depresión muy fuerte por una situación laboral. Ella estaba pesando 27 kilos, a punto de morirse y había que sacarla de aquí y hacer una nueva vida. Decidimos empezar de cero como ahora, no pudimos volver a casa porque no tenemos. Me movilizo en Uber porque no tengo carro, no tengo cuenta bancaria, no tenía nada.

– ¿Entonces qué hicieron?

Antes de venirnos unos amigos de San Rafael de Heredia nos ofrecieron quedarnos en su casa en la que estuvimos como 22 días, pero ya alquilamos un apartamento.

– ¿Fue difícil que se le abrieran las puertas de nuevo en la televisión?

– ¡Claro! Fueron reuniones en las que me decían no, que me reciben pero la otra semana, que le deje la propuesta que tengo, que les presentara mis ideas, que les interesaba, pero que luego me avisarían y así fue como con ocho a diez personas con las que hable.

– ¿Cómo se le da la oportunidad de llegar a La Roncha?

– Tony (Antonio Bertarioni) me llamó y me propuso que le ayudara a conducir unos días porque Sharon Segura estaba de vacaciones. Así empezamos a hacer mancuerna y hace unos días me propuso sumarme de lleno al programa y que buscaría darle una vuelta a la parte comercial (para pagarle) y así nos fuimos montando. Empezamos la semana pasada de manera oficial y la verdad estoy muy contento y esperando que la fórmula funcione.

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– ¿Seguía a la farándula nacional cuando estaba lejos?

– Sí la seguí porque estaba al tanto de alguna gente, pero me llamó la atención venir de vacaciones al país hace once meses, después de tres años y pico de estar afuera, y preguntarme ¿quién es esta? Mi esposa un día me preguntó quién era la que le pasaba ofreciendo cosas en redes sociales, una tal Keyla (Sánchez) y no tenía la idea de quién era. Me hablan de una tal Mimi Ortiz, que tampoco sé quién es. Ahora los contratan porque tienen cientos de seguidores, pero los seguidores se compran, y a mí no me hacen como persona o como conductor que me sigan dos millones de personas, suficiente con que uno sea aceptado y querido.

– ¿Y qué opina de eso?

Ahora hay una generación de gente que uno se pregunta de dónde salieron y que están ahí solo porque tiene su canal de YouTube. A la vieja generación nos tocó aprender a hacer cámaras, pasar por canales chiquiticos, por emisoras, y escalar y escalar para hacerse un nombre.