Marisol Soto y su hija Marianne Volio siguen de viaje por Japón y aunque han vivido grandísimas experiencias por allá, la exreina de belleza se negó a experimentar una aventura, traumada por el accidente que sufrió a inicios de año en Tailandia.
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La empresaria quedó sorprendida este sábado cuando se topó en las calles japonesas un transporte muy popular por allá que se llama “rickshaw”, en el que las personas son llevadas en una carreta que jalan otras personas.
“Significa vehículo a propulsión humana”, explicó Soto, quien no complació a su hija con subirse en ese medio de transporte por la horrible experiencia que vivieron juntas en Tailandia cuando se subieron a un tuk tuk.
“A mí me da miedo porque se parecen a los tuk tuk. Sé que son muy diferentes, pero no me quise subir. Nanne (su hija) sí quería, pero yo no quise”, dijo Soto.
Luego reconoció que ella no supera el trauma que vivió en Tailandia y que las mantuvo en el hospital durante 24 horas.
Soto quedó curada de montarse en transportes así, porque en Tailandia tomó uno cuyo conductor manejó a grandes velocidades, lo que provocó minutos después un accidente que las mandó al hospital.
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Mari se dio cuenta después de que quien conducía el tuk tuk estaba drogado, por eso, en vez de reducir la velocidad cuando ellas se lo pedían, él aceleraba.
Aquel momento marcó a Marisol para siempre, dejándola con un trauma que le impidió experimentar un viaje en “rickshaw”.