La modelo hondureña Mariela Ponce jaló hace unos días a su país para hacer unos mandados, pero los catrachos no la querían devolver.
La guapa contó que la invitaron varios medios de comunicación hondureños y que muchos compatriotas le decían que se quedara porque estaban muy orgullosos de ella.
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Sin embargo Mari, desde que llegó a Tiquicia se enamoró del país y asegura que no tiene en mente volver a vivir en su país. Ni modo, tendrán que conformarse con que vaya de vacaciones, ya que esta belleza ya es nuestra.