Montserrat Del Castillo: “Lloraba todos los días, me daba vergüenza como me veía”

“Lloraba todos los días, me daba vergüenza como me veía, yo le creía a la gente que decía que me parecía a Michael Jackson”, fueron las fuertes declaraciones que dio la presentadora Montserrat Del Castillo acerca de todo lo que enfrentó luego de verse obligada a realizarse una cirugía.

La guapa contó que hace un año y tres meses su vida cambió cuando salió de la sala de cirugía por una reconstrucción facial que se hizo debido a un mal procedimiento que le realizaron anteriormente.

La exparticipante de la segunda temporada de “Dancing with the stars” abrió su corazón y habló con La Teja acerca de lo difícil que fue enfrentar ese proceso.

La entrevista nació a raíz de una foto de un antes y un después de ella, que colgó en su cuenta de Instagram junto con un comentario.

Ella le explicó a La Teja que escribió el extenso texto porque, pese a que ha pasado tanto tiempo, le siguen lloviendo críticas.

“Montse” recalcó que como figura pública sabía que parte de su vida siempre iba a estar expuesta, pero que nunca termina de sorprenderse con lo que se pasa la gente con las ofensas.

“Ese comentario lo escribí porque alguien puso algo en redes sociales y un familiar mío me defendió. Es un asunto general del cyber bullying tan pesado y fuerte al que muchos nos vemos afectados en muchas formas”, detalló.

LEA MÁS: ¡Adiós soltería! Chef mexicano le puso sazón al corazón de Montserrat del Castillo

Cambio era obligatorio

Del Castillo comentó que hace años le regalaron un procedimiento para el rostro en una estética y ella aceptó.

Conforme pasaba el tiempo, después de esa primera intervención, comenzaron a aparecer síntomas extraños. Para colmos, la presentadora buscó a la persona que le había realizado el tratamiento y se enteró de que se había ido del país porque tenía unas 13 denuncias por mala praxis.

Incluso no pudo ni denunciar a la mujer, quien era colombiana, porque había jalado de suelo tico y no había dejado ni el rastro.

“Amanecía muy hinchada y cada día se me vía la cara más hinchada, y los labios comenzaron como a deformarse, y cada vez que salía en Dancing o en tele me criticaban, decían que me había inyectado (botox) y no era cierto”, recordó.

En medio de toda la angustia, fue cuando Montse dio con un cirujano plástico de verdad y descubrieron que lo que le habían inyectado en el procedimiento era biopolímeros.

Eso le paró la peluca al especialista, ya que los biopolímeros son sustancias extremadamente peligrosas para la salud.

Una vez encontrado el problema, la torta era cómo le sacaban eso del rostro.

Gran prueba

Como si el dolor y la lluvia de críticas que recibía no fueran suficientes, Montse tuvo que respirar profundo y aceptar la opción del médico de operarla para extraer todo el material.

“Fui unas catorce veces a que me inyectaran la cara, era tan doloroso que no puedo explicarlo, hasta calentura me daba. Me ponían como un disolvente para tratar de que se soltara, pero ya tenía partes que estaban tan adheridas a la piel que fue cuando el doctor me dijo que tenía que operarme la nariz y los labios para extraer la mayor cantidad posible de biopolímeros”, detalló.

La presentadora cuenta que el doctor siempre le fue muy claro y le indicó que al despertar de la cirugía su rostro se iba a ver diferente.

“Desde el día uno sabía que iba a cambiar. Me dijeron que tenía un mes de reposo pero quise volver a los quince días y fue lo más duro. Tuve que enfrentarme al montón de memes y críticas. Lloraba todos los días, y es la primera vez que lo digo y hablo así de esto, pero me caí, me deprimí por verme diferente, por lo que la gente decía y por creerme lo que la gente decía”, recordó.

La guapa reveló que aunque le aconsejaron llevar terapia no fue, pero sí asistió a dos sesiones de coaching, que la ayudaron a enfrentar lo que estaba viviendo.

“Como creyente lo digo: ¡me caí!, fue muy difícil. Ahora realmente me siento mucho mejor, empecé a aceptarme”, dijo.

Montse comentó que por recomendación médica debía de hacer otra cirugía más pero que la rechazó y que no desea volver al quirófano nunca más, excepto si es algo meramente de salud.