“Nuestro hijo adolescente cambió mucho y casi no habla con nosotros”

“Nuestro hijo adolescente cambió mucho y casi no habla con nosotros. Le va muy bien el colegio, pero últimamente anda en su mundo y esto provoca que mi esposo y él tengan muchas discusiones”.

1. Se debe desmitificar la visión de la adolescencia común etapa difícil y complicada, porque al verla de esta forma se crea un prejuicio que predispone a los adultos a tener una visión tensa y difícil de esta etapa.

2. En la adolescencia hay cambios en la conducta, en el pensamiento, los intereses, gustos y preferencias de los chicos y mucho más, lo que provoca a veces que los padres experimenten cierto grado de desconcierto, pues hasta hace muy poco tenían a un niño que besar y abrazar, pero ahora en un abrir y cerrar de ojos es un adolescente que les parece distante, frío o escueto.

3. Esto no es una amenaza a la estabilidad emocional, ni tampoco debe significar una estructura de tensión en el entorno familiar. Esta etapa los pone frente a un reto importante en la vida, primero, abrirse a comprender el mundo interior y exterior que está experimentando el adolescente.

4. Uno de los graves errores en la adolescencia es tener una línea de comunicación unidireccional, desde la imposición, la descalificación o la intransigencia por parte de los adultos, lo que provoca muy poca escucha, y se dan bloqueos en la comunicación con los hijos. La comunicación en esta etapa debe ser respetuosa para orientarla a la escucha y la comprensión, no necesariamente a juzgar, señalar o criticar, pues a mayor cercanía y capacidad de escucha mayor probabilidad de apertura por parte de ellos.

5. En la adolescencia crear procesos de comprensión y escucha que propicien un espacio cálido de encuentro se vuelve fundamental para que haya canales de comunicación más abiertos, cuánta mayor escucha y comprensión, mayor posibilidad de abrir espacios de discusión sanos que permitan un establecimiento de límites adecuado.