Farándula

Papi Pazz confiesa que ha tenido sus recaídas luego de dejar el alcohol hace nueve años

Para el humorista Mauricio Artavia el día del santo Cristo de Esquipulas es una fecha muy especial

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Para muchos el día del santo Cristo de Esquipulas es sinónimo de sanación o de una nueva oportunidad.

Ese es el caso del humorista Mauricio “Piolín” Artavia, quien para él cada 15 de enero significa recordar el día que Dios lo sacó de las garras del alcohol.

Fue hace nueve años atrás, para un día del Cristo Negro, que el comediante se sentó a hablar con el de arriba y le pidió que le quitara las ganas de tomar y, aunque ha titubeado, se ha mantenido firme en la decisión que tomó ese día.

El comediante, conocido por su personaje de Papi Pazz, confesó que no es tan devoto a este santo, pero que no duda que fue una “Diosidencia” para que no se olvide del pacto que hizo el 15 de enero de 2013.

En octubre del año pasado el alajuelense recibió la dura noticia que tenía un tumor en uno de sus riñones, pero la biopsia reveló que es benigno y que con cirugía se lo pueden tratar.

Para él este problema de salud no fue más que un jalón de oreja que le hicieron desde el cielo, pues según reconoció, ha recaído en un par de ocasiones.

– ¿Cómo fue ese momento en el que usted decidió no tomar más?

Un día me senté a hablar con el guaro y le dije: ‘Venga acá papi, tenemos que hablar. No voy a ser tan hipócrita de decir que con usted solo cosas malas me han pasado, no, no, también me pegué mis fiestas, me divertí, anduve por allá (en bares) y usted me hacía ser más alegre. Pero mae (al guaro) he tenido dinero como tres veces en mi vida y lo perdí por usted, he tenido buenos bretes y los he perdido por usted, he gastado la plata que he tenido ahorrada por usted, entonces, lo voy a dejar’, así le dije a la botella.

– ¿Y qué pasó?

Uno es un carebarro porque también le dije: ‘como usted ha sido buena nota conmigo, no puedo negarlo, le voy a dar el preaviso, dentro de un mes lo dejo, pero este mes lo voy a agarrar parejo’. Eso fue el 22 de diciembre de 2012 y fue tanta la tanda que me pegué que no duré el mes de preaviso, porque el 15 de enero dije: ‘ya no más’.

– ¿Todo este tiempo se ha mantenido sobrio o el diablo lo ha tentado?

Yo duré seis años sin tomarme nada y sí he tenido recaídas, pero no de esas que me alcé de tanda varios días. Fue que empecé con eso de que uno se puede tomar un vinito y no me hace daño, pero ya después eran dos o me tomaba una botella a la semana o era ese cuento que qué rico un Guaraná (Smirnoff), que no hace tanto daño, pero igual tiene alcohol, y era uno detrás de otro, y cuando me di cuenta me emborraché con Guaraná.

Hace como un año fui a Miami (Estados Unidos) a hacer unas presentaciones y también me emborraché, pero no con aquellas jumas como antes, entonces siento que esto que a mí me dio (el tumor) fue como Dios diciéndome: ‘¡Diay, Papi! ¿Cómo es la vara? Frío o caliente, pero tibio olvídese’. Yo sentí que este susto con mi salud fue como un regaño.

– ¿Necesitó la ayuda de alguien más para dejar ese vicio?

En algún momento fui a algunas reunioncitas de Alcohólicos Anónimos, pero lo mío fue a puro Dios.

Yo tenía una hermana que trabajó en el IAFA (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia) y ella me hablaba mucho, la vi llorando por mí, pero ella una vez me dijo que tocar fondo no significa estar tirado en un caño es cuando ya uno toma la decisión de dejar de tomar, cuando uno acepta que el licor es más poderoso que usted, y así fue.

– ¿Cuál fue esa promesa que le hizo a Dios?

Que me ayudara, que me diera fuerzas para dejar de tomar, que no me dieran ganas de tomar, que me ayudara no dándome ganas de tomar y que yo iba a poner de mi parte.

Curiosamente, ese año (2013) fue tremendo para mí, un año malo, horrible. El diablo sabe que uno se le va a ir para el otro equipo, entonces, también punza por otro lado, y pasé momentos difíciles sin dinero y es ahí donde uno dice: ‘con guaro me sobra la plata’. Le pedí a Dios me diera algo en qué invertir mi tiempo, porque yo pasaba metido en la cantina tomando guaro todo el día, y mi esposa salió embarazada y yo no sabía, y en agosto de ese 2013 nació mi hija Alana, y esa fue la bendición más grande que puede haber tenido.


—  "Yo llegué a tener tres bares en Alajuela y cuando usted toma licor y tiene un bar toma como cuatro veces más", Mauricio Artavia

– ¿Qué tan hondo llegó a caer por el alcohol?

Me acuerdo lo que es estar en Guatemala y perder totalmente el conocimiento. Un día iba a subiendo unas gradas en un hotel en la playa y me fui para atrás y bajé como cuatro gradas rodando, no me acuerdo de nada de eso, fue por un video que vi y por lo que me contaron. Me tuvieron que llevar a la habitación alzado.

Muchas veces llegué a la inconciencia, a no saber ni a dónde estaba, a manejar borrachitico. Cometía irresponsabilidades al máximo, porque también lo combinaba con marihuana y eso era todos los días.

– ¿Qué consejos le daría a aquellos que están deseando dejar el vicio?

Que aprendan a tomar licor de tal forma que nunca tengan que dejarlo. Que nunca tengan que sentarse a decir: ‘tengo que dejar de tomar porque sino me voy a morir’. O sea, no quiero jugar de santo, sino que entiendan que si les gusta echarse sus traguitos que sepan controlarse, para que nunca tengan que tocar fondo.

Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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