Natalia Monge nunca antes había sentido lo que es que un familiar cercano fuera diagnosticado con cáncer de mama hasta que el año pasado descubrieron que su mamá, Virginia Quirós, tenía un pequeño bultito en su seno izquierdo.
Aunque doña Vicky acaba de terminar su proceso de radioterapia y aún la batalla no está del todo ganada, la presentadora de De boca en boca y su familia se sienten muy positivos porque gracias a los chequeos contantes le pudieron descubrir la enfermedad a tiempo.
Este 19 de octubre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama y ella accedió a contarnos la historia de su mamita y cómo la ha enfrentado ella como hija.
- ¿Cómo recibió usted como hija que su mamá tiene cáncer de seno?
Si fue impactante, lo que pasa es que la noticia la recibimos después de tener una segunda opinión con una mamografía alterada, porque ella se hizo su chequeo de rutina (en noviembre del año pasado), porque es muy cuidadosa con su salud y yo ni para qué, y nos dijo: ‘tomémoslo con calma, pero sí mejor tengamos una segunda opinión”.
- Entonces, quiere decir que fue diagnosticada a tiempo...
Sí, claro. Una vez que le hacen ese segundo examen logramos sacar cita con el doctor Mejdi Yodeiri, que es senólogo, que es famoso no por salir en tele sino por ser un muy buen médico, y ya cuando él la revisa dice que hay algo alterado.
Yo no fui a esa cita con ella, el que ha estado todos los días del mundo y noches con ella es mi papá (Gilbert Monge), y bueno efectivamente nos dicen que hay que operarla. Yo estaba al teléfono. Lo que pasa es que el doctor es muy cuidadoso en como comunica las cosas, él no te dice: ‘tu mamá tiene cáncer Natalia’.
El doctor hace un llamado a la calma y nos dice: ‘hay que operar’, y ya nos explica los pormenores de la operación. Esa operación tuvimos la dicha de hacérsela de manera privada (en diciembre 2021), la expectativa nuestra era que muerto el perro, acabada la rabia, y quitándole ese tumorcito todo quedaría arreglado, pero paralelo a ello se tienen que hacer varios chequeos y en uno de esos una hormona le salió positiva, y ante ese escenario el doctor le dice que le va a mandar quimio y radioterapia.
- ¿Qué recuerda del momento en que la operaron?
Recuerdo que la operaron días antes de su cumpleaños, mami cumple el 10 de diciembre, y fue como una mezcla de sentimientos porque uno tenía mucho sustos pero a la vez alivio de saber que con tanta prontitud la estaban operando.
Después cuando nos dicen que sí tiene que recibir quimio uno sí siente feo porque uno está acostumbrado a escuchar las tragedias de la quimio y es cierto que la quimio hace estragos con las personas, pero también les salva la vida, pero yo creo que en medio de todo eso nosotros fuimos muy positivos siempre y diciendo ‘vamos viviendo cada momento en su etapa’.
El día del cumpleaños la vacilamos y le decía: ‘¡ay, operada de las mamas en su cumpleaños!’, la vacilábamos como si fuera otro tipo de operación, y ya en enero empezaba la quimio.
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- ¿Cómo hace uno como familiar para aliviarle un poco ese dolor interno de una persona con diagnóstico así?
Yo lo que trataba era hablar mucho más con ella, desde entonces hablo dos o tres veces al día. La llamaba y le decía: ‘¿cómo se siente?, vamos a tal lado’, porque cuando empiece la quimio ya se tiene que guardar un poquito más. La aconsejaba que tenía que cuidarse aún más por el asunto del covid-19 que estaba un poquillo más fuerte, pero sí tratamos de sacarle el jugo a que hiciera cosas que después se le podían complicar por el tema de salud.
Yo sí hablaba más con mi papá del tema, ‘que ¿papi, cómo la ve?, ¿cómo la siente anímicamente?’, entonces, me decía que sí la notaba un toque preocupada. Entonces, cuando yo hablaba con ella le decía: ‘mami, si usted se siente preocupada dígamelo, hablar sirve mucho, aquí estoy yo para escucharla o si usted quiere yo voy’. Uno le seguía el ritmo a como ella lo fuera marcando.
- ¿Cómo fue esa impresión de verla sin cabello?
Me llamó y me dice: ‘ya me rapé' y yo, ¡qué mami!. Ella es estilista y dicen que tal vez por tener esa profesión u oficio como que el pelo lo ven como lo que es, una cosa más, lo que pasa es que esa cosa para uno es muy importante, más que para otros, pero mami lo tomó con mucha madurez.
Ella vive en San Mateo de Alajuela y dice que con el calor que qué rico andar así. Además, la cabeza la tiene muy bonita, toda redondita, entonces, se veía muy bien, se le veía la carita como más despejada, más fresca. La gente la piropeaba mucho y creo que todo eso ayudó.
- Ella acaba de terminar la radioterapia, ¿qué sigue ahora?
Sí, terminó la radioterapia (a inicios de mes) y este jueves tiene una cita para un chequeo post-radioterapia, que a lo que entiendo ahí lo que hacen es revisar cómo le fue con la radio y si le detectan que le falta un poquito más le agendarán lo que ellos consideren necesario, pero ahora es mucho más tranquilo. Y físicamente, le ha ido muy bien.
Cada tres semanas sigue yendo al hospital a que le pongan un medicamento, es una inyección que le tienen que poner durante cinco años, que se la mandan a los pacientes de cáncer de mama y entiendo que se tiene que tomar una pastilla todos los días por cinco años.
- ¿Qué mensaje le daría a la gente en este Día Internacional contra el cáncer de mama?
El llamado de apoyo a las familias que están atravesando por ese proceso y un llamado de atención a las que somos hijas de pacientes oncológicas para que no esperen a los 40 para chequearnos, y en especial a todos las mujeres que hay que chequearse.
Sí se nos echó a perder un poquito la Navidad el año pasado por ese diagnóstico, pero si no fuera por eso imaginate lo que es decir ‘no fui a chequearme antes’, ‘pude haber hecho esto para evitarlo’ y aunque el cáncer no es sinónimo de muerte pero si lo descubrís tarde puede ser diferente.