Las decisiones indumentarias no suelen determinar el destino de los países. Pero en su visita a la Casa Blanca, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski sin duda apostó a un toque de diplomacia en materia de vestimenta en pos de la paz con Rusia y parece que le funcionó.
Zelenski se declaró dispuesto este lunes a reunirse con el mandatario ruso, Vladimir Putin, para poner fin a la guerra desatada tras la invasión a Ucrania hace tres años y medio.
“Confirmé, y todos los líderes europeos me apoyaron, que estamos listos para una reunión bilateral con Putin”, declaró Zelenski a medios ucranianos a las afueras de la Casa Blanca tras reunirse con el presidente estadounidense, Donald Trump, junto a varios líderes europeos.
La cita con Trump generaba gran expectativa por muchas razones, incluso por si Zelenski usaría traje.
En febrero, el líder ucraniano había sido ridiculizado por un reportero estadounidense por presentarse en el Despecho Oval con atuendo militar.
Ese comentario sentó las bases para una sorprendente reprimenda a Zelenski pocos minutos después, cuando Trump y el vicepresidente JD Vance le increparon no estar “agradecido” por el apoyo estadounidense tras la invasión rusa de febrero de 2022.
Seis meses después, las cosas cambiaron.
“¡No lo puedo creer, me encanta!”, exclamó Trump, al admirar el elegante traje y camisa negra del líder ucraniano a su llegada a la Casa Blanca.
“Es lo mejor que tenía”, bromeó Zelenski, un excomediante de televisión antes de convertirse en presidente.
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“¡Se ve fabuloso!”
Los comentarios elogiosos continuaron en el Despacho Oval, escenario de la humillación previa de Zelenski.
“Presidente Zelenski, ¡se ve fabuloso con ese traje!”, le dijo Brian Glenn, el reportero del medio de derecha Real America’s Voice que había sacado el tema en febrero.
Trump, un multimillonario que rara vez lleva algo que no sea uno de sus característicos trajes azules hechos a la medida, se sumó: “Yo le dije lo mismo”. Y dirigiéndose a Zelenski, afirmó: “Ese fue el que lo atacó la última vez”.
“Lo recuerdo”, respondió el ucraniano con seriedad, antes de decirle a Glenn que él llevaba “el mismo traje” que tenía en febrero.
Zelenski también aprovechó el encuentro para entregarle a Trump una carta de parte de su esposa Olena para Melania Trump, agradeciendo a la primera dama estadounidense por escribirle a Putin instándolo a salvar las vidas de los niños.
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Que el atuendo de Zelenski sea un tema puede resultar extraño para algunos en medio de una guerra. Pero también subraya hasta qué punto los líderes extranjeros han tenido que cortejar a un presidente estadounidense notoriamente caprichoso.
“¿Me veo bien?”
Zelenski, en particular, ha tenido que esforzarse mucho para ganarse el respaldo de Trump.
Trump también ha expresado abiertamente su admiración por su par ruso, Vladimir Putin, que quedó en evidencia con su extraordinaria cordialidad al saludarlo durante la cumbre que ambos mantuvieron en Alaska la semana pasada.
El líder estadounidense también se hizo eco de varios de los argumentos de Putin sobre la guerra, como la necesidad de que Ucrania renuncie a Crimea y a sus ambiciones de unirse a la OTAN.
De ahí la ofensiva diplomática en la Casa Blanca el lunes, comenzando con Zelenski y su traje, y seguida por un grupo de líderes europeos, que destacaron lo que, según ellos, eran los esfuerzos de Trump por alcanzar un acuerdo de paz.
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Según los informes, el líder ucraniano fue instruido por los gobernantes europeos sobre cómo tratar a Trump, especialmente por el presidente finlandés Alexander Stubb, quien vestía un traje cruzado y se ganó elogios del presidente estadounidense por su vigor juvenil.
Zelenski se mostró notablemente menos belicoso que en febrero, e incluso agradeció a Trump por un mapa que mostraba cuánto territorio Rusia le había arrebatado a Ucrania.
El jefe de la OTAN, Mark Rutte, mientras tanto, restó importancia al debate sobre la vestimenta de Zelenski.
“¿Me veo bien”, preguntó entre risas el holandés al jefe de protocolo de Trump mientras se abrochaba la chaqueta del traje al llegar a la Casa Blanca.