Una joven, de 26 años, de Birmingham, Reino Unido, identificada como Caitland Wright, fue diagnosticada con cálculos renales, luego de que asistiera a una consulta médica por un fuerte dolor en la parte baja de su espalda, pero terminó siendo un coágulo sanguíneo masivo.
Los primeros síntomas que experimentó la mujer se hicieron presentes en el año 2023 durante un viaje familiar a Chipre, pero pensó que se trataba de una molestia común relacionada con el desgaste físico por su trabajo o su rutina de ejercicio.
Sin embargo, días más tarde, las afecciones empezaron a intensificarse y empeorar, debido a que su pierna derecha se inflamó y su cuerpo no podía vaciar la vejiga, a pesar de que ella sentía la necesidad de ir al baño.
En vista del complejo estado de salud, su madre decidió trasladarla de emergencia al Hospital Queen Elizabeth, donde los doctores le suministraron líquidos y morfina, asegurando que no era una situación para alarmarse.
El diagnóstico llegó demasiado tarde
Pese a las indicaciones de los especialistas, Caitland tuvo que estar internada por algunas semanas porque sus síntomas eran cada vez más insoportables y los profesionales necesitaban practicarle más exámenes.
En una de las ocasiones, los doctores sugirieron que lo mejor era realizarle una tomografía computarizada, la cual finalmente reveló que la joven tenía un coágulo de sangre que se extendía desde las rodillas hasta la zona lumbar.
Tan pronto como los expertos se percataron de la delicada condición de la mujer, le recetaron anticoagulantes, pero estas acciones no fueron suficientes, ya que el diagnóstico había llegado demasiado tarde.
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Después de la confusión, la británica se vio en la obligación de abandonar los estudios de su maestría y aceptar que desde entonces tendría que utilizar una silla de ruedas para poder movilizarse al no tener el control de sus piernas.
Si bien los médicos contemplaron la posibilidad de colocarle un tubo para evitar la obstrucción sanguínea, esta opción fue descartada rápidamente, ya que el daño en las venas que presentaba era tan severo que ningún tratamiento podría revertir las consecuencias.
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Actualmente, Caitland vive con un constante dolor en el cuerpo que le impide moverse con normalidad, lo que la ha llevado a tener dependencia física. Además, creó una página web para denunciar el problema que hay en el sistema público de su país, en el que descartan las enfermedades dependiendo de la edad del paciente.