Darrell “Plant” Thomas, un empresario muy querido en Detroit, Estados Unidos, encontró una forma poco común y profundamente generosa de despedirse del mundo: pidió lanzar parte de su fortuna desde un helicóptero, como gesto final de gratitud hacia la comunidad que tanto lo apoyó.
El emotivo acto se llevó a cabo tras su fallecimiento, ocurrido el pasado 15 de junio, y dejó a todos los presentes en shock cuando comenzaron a “llover” billetes y pétalos de rosa desde el cielo.
El helicóptero sobrevoló la intersección de Gratiot Avenue y Conner Street, justo frente a su negocio, Show Room Shine Express, en el Eastside de Detroit. Desde ahí, fueron arrojados $5.000 (poco más de 2 millones y medio) en efectivo, cumpliendo la última voluntad de Darrell Thomas.
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El gesto fue organizado por sus hijos, Darell y Jonte, quienes afirmaron que su padre quería retribuir a las personas que lo acompañaron en vida.
“Él siempre ayudaba en silencio, sin esperar nada a cambio. Esta fue su manera de dar las gracias una última vez”, comentó su hijo Jonte.
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Policía sabía de los pétalos, pero no del dinero
De acuerdo con el medio Hindustan Times, la policía local había sido informada únicamente del lanzamiento de pétalos de rosa, pero desconocía que también se lanzaría dinero al público. A pesar de la sorpresa, el acto transcurrió sin incidentes y fue recibido con respeto por los peatones presentes, que no podían creer lo que estaban viendo.
Videos del momento se viralizaron rápidamente en redes sociales, con frases como “Esto no se ve todos los días” o “Plant se fue como vivió: dando”.
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¿Quién era Darrell Thomas?
Tenía 58 años y, más allá de su éxito como empresario, era conocido por su gran corazón. Era piloto profesional con licencia de la National Hot Rod Association, apasionado por los autos, la velocidad y sobre todo por ayudar a los demás.
Su familia lo describió como un hombre “que hacía lo que fuera por quien lo necesitara” y que siempre encontraba una forma de tender la mano, aun sin cámaras ni aplausos.
“Ya no hay hombres como él”
Así lo resumieron sus hijos, familiares y muchos en redes sociales que recordaron su legado con cariño. En vida, Darrell Thomas fue trabajador, generoso y discreto, pero con este último gesto se convirtió en leyenda: se fue ayudando, como siempre lo hizo.