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Muere el “hombre más sucio del mundo”, ¿por qué llevaba décadas sin bañarse?

La historia de Amou Haji fue dada a conocer por medios locales en el 2013

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Un iraní conocido como “el hombre más sucio del mundo”, por no haberse duchado en décadas, falleció a sus 94 años, anunció el martes un medio oficial.

El hombre, además de no bañarse, llevaba años viviendo en las calles. AFP

Amou Haji, que no se bañó durante más de medio siglo, murió el domingo en el pueblo de Dejgah, en la provincia de Fars (sur de Irán), donde vivió casi toda su vida, informó la agencia de noticias Irna.

Según un responsable local citado por la agencia, el hombre, que era soltero, evitaba bañarse por miedo a “enfermarse”.

Un corto documental titulado “La extraña vida de Amou Haji” fue realizado sobre su vida en 2013, según medios locales.

Sucio pero saludable

Según una nota publicada por La Nación de Argentina en enero de este año, sus condiciones de vida era extremadamente malas, pues su cotidianidad giraba en torno a convivir con agua estancada en mal estado, animales muertos descomponiéndose y los residuos de basura del pueblo.

Cuando su caso se dio a conocer en medios locales, en pocos días se volvió tendencia en todo el mundo y se ganó el apodo del hombre más sucio del planeta.

Casi nueve años después de esa primera aparición pública, el hombre se sometió a un análisis médico para dictaminar si tenía alguna enfermedad grave. Los especialistas se encontraron con una gran sorpresa, pues esperaban ver todo lo contrario a lo que arrojaron los resultados.

A inicios de este año, le hicieron exámenes médicos y gozaba de buena salud. AFP

El doctor Gholamreza Molavi, de la escuela de Salud Pública de Teherán, convenció a Amou para pasar a la sala de revisión. Los exámenes estaban ligados a pruebas de enfermedades de transmisión sexual, hepatitis y parasitología.

Ningún resultado dio positivo para alguna de las pruebas realizadas: no tenía parásitos, bacterias o algún síntoma que le produjera un peligro inminente para su vida en ese momento, teniendo en cuenta su avanzada edad.

Unos exámenes sumamente sorprendentes, pues según manifestó Amou a los especialistas, él consumía por lo general carne de animales crudos que acababan de fallecer, o que podía encontrar en la calle fallecidos a causa de accidentes de tránsito. También tomaba agua estancada y fumaba heces de animales cuando no tenía para tabaco.

Si no tenía para tabaco, fumaba heces de animales. AFP

Una de las razones que señala el doctor Molavi para explicar eso, es que su sistema inmune adquirió defensas extremadamente fuertes a razón de su vida en la indigencia durante más de medio siglo.

El único problema de Haji es que sufría constantes atropellos de la comunidad, que lo despreciaban por su condición de calle, llegando al punto de ser agredido física y verbalmente por sus ‘vecinos’ cercanos al lugar donde residía, que por lo general era a las afueras de la ciudad.

Si bien le llegaron diversas ayudas de algunas organizaciones, este siempre se negó a recibirlas, debido a que teme que si se baña pueda enfermar y morir.

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