El caso de Bella Montoya, quien despertó en su velorio y murió siete días después, genera debate en Ecuador sobre errores médicos y la certificación de fallecimientos.
La muerte declarada, el inesperado despertar en pleno velorio y el fallecimiento definitivo siete días después, mantienen vivo el desconcierto en Ecuador sobre el caso de Bella Montoya, una mujer de 76 años cuyo episodio ocurrido en junio de 2023 abrió un debate médico y social que en estos días volvió a salir a la luz.
El velorio que se convirtió en horror
La mujer había sido internada tras un accidente cerebrovascular en el hospital Martín Icaza, donde médicos certificaron su muerte por “paro cardiorrespiratorio sin respuesta a maniobras de reanimación”. Sin embargo, durante el velorio en Babahoyo, familiares escucharon un golpeteo desde el ataúd. Al abrir el féretro, Montoya respiraba con dificultad y abrió los ojos, provocando pánico entre los asistentes.
La familia trasladó nuevamente a la mujer al hospital, mientras el Ministerio de Salud inició una investigación. Autoridades mencionaron la posible catalepsia (trastorno neurológico que causa rigidez muscular extrema, pérdida de movimiento voluntario y falta de respuesta a estímulos), aunque especialistas cuestionaron la falta de una verificación clínica exhaustiva.
Del velorio al hospital y una semana de incertidumbre
Durante su segunda internación, la familia observó cada movimiento del personal médico, mientras Montoya mostró respuestas leves como mover los dedos y reconocer voces. Imágenes de la mujer reaccionando circularon en redes sociales, generando discusiones sobre negligencias y fallas en los protocolos de certificación de muerte.
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Pese a los esfuerzos médicos, la mejoría no avanzó y la mujer falleció definitivamente siete días después.
Debate social y cuestionamientos hacia el sistema de salud
El caso expuso emocionalmente a la familia, cuyo portavoz expresó su indignación por lo ocurrido y el temor de lo que hubiera pasado de no haberse escuchado ruidos dentro del ataúd. Funerarias en Babahoyo reportaron un aumento en consultas sobre mecanismos para confirmar fallecimientos, incluido el uso de campanas o espejos dentro de los féretros.
La historia de Bella Montoya se convirtió en un símbolo de errores médicos, fragilidad humana y preocupaciones sociales frente a la certificación de defunciones.
*Nota realizada con ayuda de IA.


