Analía Verónica Beatriz Díaz es argentina y está en Costa Rica para asistir a la boda de una amiga, pero no se podía venir sin su indumentaria para apoyar a la Selección albiceleste, que jugará este domingo la final del Mundial de Qatar contra Francia.
Anie, como es conocida por sus amigos, llegó al país el jueves pasado y ya tiene todo listo para la mejenga, y una de las cosas que dejó claras es el lugar en donde verá el encuentro, que será a las 9 de la mañana, hora tica.
“Mis amigas Karla y Johanna me invitaron a verlo fuera de casa, pero lo que pasa es que cuando lo veo en Argentina comparto con argentinos, pero para la final del 2014 estaba en Estados Unidos, fui a ver la final a un bar y me tocó estar rodeada de otra gente que hinchaba por Alemania y era horrible ver cómo celebraban el gol.
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“A todos los que les gusta Cristiano irán con Francia, al igual que los madridistas que no quiere a Messi por el Barcelona, es triste porque habrá gente latinoamericana que hinchará por Francia y por eso me quedaré en casa”, dijo.
Esta sudamericana vino con su esposo Sam y su hija Emilie, de 3 añitos. Sam es sirio de nacimiento, pero se crió en Francia y luego se fue a vivir a Estados Unidos y, pese a que en el país europeo vivió gran parte de su vida, apoya al equipo de Lionel Scaloni, en solidaridad con su amada.
Cábalas
Cómo buena argentina, Anie ha puesto en práctica algunas cábalas, que le han resultado y ya hasta hizo una promesa si la Albiceleste se proclama campeona del mundo.
“Los cabuleros no decimos marcadores, es de mala suerte, no hablamos del partido antes de, por supuesto que quiero que gane Argentina y sé que va a ganar.
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“Yo siempre miro el partido con la misma camiseta, la camiseta no la lavo. Para el primer partido (contra Arabia Saudita) la lavé porque se perdió, pero contra México se ganó y no la he lavado más, me levanto, me baño y me pongo la camiseta, hasta en reuniones del trabajo he salido con la camiseta”, dijo esta ingeniera en sistemas.
Anie y Emilie tienen la camisa con el 10 y el nombre de Messi en la dorsal, mientras que Sam tiene el 10, pero con su nombre.
“La otra cábala es ver los partidos en el mismo lugar y ahora no lo puedo hacer. Le dije a mi amiga: ‘Mirá cuánto te quiero, que me vine a ver la final a Costa Rica’”, contó entre risas.
Analía es de Buenos Aires, pero desde el 2014 vive en Washington DC y contó que en su tierra natal el ambiente previo es una locura. Ella es aficionada al Boca, pero está dispuesta a hacer una locura si Messi y compañía consiguen el tercer título en un Mundial.
“En Buenos Aires se vive una fiesta, hablo con mis hermanos, mis sobrinas y me pasan videos. Los gringos no hablan mucho de fútbol, dicen cualquier pavada (tontería), dicen que les gusta Francia, pero no tienen una cultura futbolística.
“Soy hincha de Boca, pero uno de los golpeadores del Mundial es Julián Álvarez y juega en River (lo hizo hasta julio, ahora está en el Manchester City), entonces en el último partido (contra Croacia) le dije a mi hermano: ‘Cómo juega ese chiquito, la verdad me saco el sombrero’, y como promesa, si gana la Argentina me compro la camisa de River y me la pongo”, aseguró.