Un colibrí que solo se encuentra en Costa Rica y habita principalmente en Limón enamoró a los veinte observadores extranjeros que llegaron la semana anterior al país con el fin de ver pasar por aquí los tres millones de aves que cruzan nuestro cielo mientras emigran más al sur para pasar el invierno.
La mayoría de estas se irá en los próximos días rumbo a Brasil, Uruguay y Argentina para cumplir con su ciclo normal de traslado. En total viajan aproximadamente 18 mil kilómetros, pero hacen una parada en Costa Rica para alimentarse y recargar energía. Algunas incluso pasan aquí el invierno del norte.
El objetivo de los visitantes era fotografiar y tomar información de esos pájaros y en esa labor les llamó la atención el colibrí nacional.
¿Qué los enamoró? Su color, ya que es de un verde muy llamativo; su tamaño, mide en promedio de 5 a 6,5 centímetros y les gustó la forma en que mueve sus alas para desplazarse.
De acuerdo con Rafael Soto, coordinador del programa “Ruta de aves”, del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), este animal es más tico que el gallo pinto, pues solo existe en este lindo pedacito de tierra.
El lugar donde tuvieron el encuentro con el hermoso ejemplar fue en el territorio indígena Keköldi, en Talamanca.
Soto comentó que el país tiene poco más de 920 especies diferentes, más que Estados Unidos y Canadá juntos, lo que convierte a Tiquicia en un paraíso para los 60 millones de observadores de aves que hay en el mundo.
“Nos estamos colocando en el mundo como el pequeño gigante del aviturismo, pues somos un país pequeño con una amplia diversidad de aves. Siempre estamos entre los diez primeros países en conteo de aves y este es un gran esfuerzo de los pajareros de nuestro país”, añadió.
Se dieron gustos
Soto contó que los observadores visitaron varias parte del país como Quepos, bahía Ballena, Talamanca y Nicoya.
John Fondore, representante del sitio web e-bird para Centroamérica, se mostró satisfecho por lo vivido en Costa Rica y recomendó al país como un lugar perfecto para este tipo de avistamientos.
“Es maravilloso para la observación de aves, hay muy pocos países que pueden competir con Costa Rica en ese sentido. Me sorprendió la gran cantidad de ecosistemas que están tan cerca”, concluyó.