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Con todo y cáncer, mujer con tres hijos estudió, encontró brete y salió de la pobreza extrema

Lizeth Fonseca se puso las pilas y dejó atrás una difícil situación con ayuda estatal

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Lizeth Fonseca Cantillo, de 39 años, solo necesitaba una oportunidad para dejar atrás la pobreza extrema en la que vivía y los problemas de salud.

Esta vecina de Cartago se la jugaba ganando 20 rojitos por semana en promedio (a veces ni eso) trabajando en una recicladora, con dos hijas estudiando, una de 14, Nicole; y otra de seis, Angely y un chiquitín de dos años, Gabriel.

Esa platica que se ganaba le alcanzaba para almorzar o cenar, no para las dos, y salir con algunos gastos. Para pagar el alquiler tomaba el dinero de la pensión que aportaba el papá de sus hijos.

Pero llegó el día en que la red de cuido no podía cuidar más a su hija porque había cumplido seis años y once meses. Entonces, doña Lizeth la vio fea. No podía ir a trabajar, pues ¿quien le cuidaría a su hija? A como podía lavaba y planchaba ajeno para ganarse alguito.

Lizeth Fonseca, historia de superación.

“La pasaba muy mal. Me cuidaban al pequeño, pero no a la que estaba en la escuela. Así fue como toqué las puertas del IMAS para que me ayudaran.

“Tenía que ver cómo traía comida. Mi hija estaba en la escuela y la otra en el colegio. Yo estaba sin seguro, si me enfermaba, ¿qué hacía? Mi familia, sin embargo, no me abandonó, siempre tuve algo que comer”.

En esa situación el IMAS le tendió una mano.

“Le dieron beca a mi hija del medio Angely, (Nicole tenía una en Avancemos). Además, me dieron un subsidio de cincuental mil colones que se renovaba cada tres meses con la condición de que estudiara. Empecé a sacar séptimo año y un curso de asistente de pacientes en un instituto en Cartago", contó doña Lizeth.

Salvada

En noviembre de 2017, el IMAS la incluyó en el programa llamado programa Puente al Desarrollo y esa fue la salvación para ella.

En ese plan aprovechó al máximo el tiempo para sacar noveno año y fue asegurada por la Caja. Los chequeos médicos le tenían una sorpresa a la valiente mujer, un cáncer de útero en primera etapa.

Pero doña Lizeth no se echó para atrás, al contrario, luchó con más fuerzas.

Lizeth Fonseca, historia de superación.

“Sabía que el programa eran dos años y luego había que volver a atrás, en lo que estaba antes y no quería ver a mis hijos en ese hueco. Me puse las pilas y en diciembre me dieron la oportunidad de ingresar al INA para capacitarme en manufactura médica y el mismo IMAS me ayudó a ingresar a una empresa que se llama Edwards".

Hace pocas semanas, Biomedic le ofreció mayor estabilidad laboral y ahora se desempeña en esa empresa.

Lizeth Fonseca, historia de superación.

Hoy doña Lizeth gana ¢75 mil por semana y con su testimonio quiere decirle a las personas que se puede superar cualquier obstáculo.

“No se trata de vivir de los subsidios porque eso se acaba y luego, ¿qué hace uno? La gente critica los proyectos del Gobierno, pero es que también tenemos que poner de nuestra parte, aprovechar las oportunidades. No quedarnos allí. He visto gente que se comió la plata y luego vuelven a lo mismo”.

Por supuesto, sus hijos sacan el máximo provecho a la ayuda. Su hija mayor ya es bachiller y estudia Tecnología de la Informática y la Comunicación en el Colegio Universitario de Cartago (CUC) y Angely ya está con beca de Crecemos. Mientras tanto, el chiquitín están en el trámite para poder obtener ese beneficio.

Y gracias a que el cáncer se lo diagnosticaron tan temprano, también ganó se batalla.

Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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