Conozca la historia de los ticos que disputaron su "honor" en un duelo

Retos eran a balazos y lo hacían por disputas, por opiniones contrarias o hasta por amor

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Roberto Mora, más conocido como el “Cobrador de la Caja”, retó a un duelo a balazos a Rony Chaves, pastor y padre espiritual de Fabricio Alvarado.

El inusual desafío se dio el pasado lunes y en una entrevista, publicada un día después, Mora le dijo a La Teja que Chaves era un irrespetuoso al decir que la Virgen de Los Ángeles era un símbolo de Satanás.

Esta fue la razón que lo hizo explotar y por la que quiere enfrentarse a plomazos con el cristiano.

Ese singular hecho hizo recordar algunos famosos duelos entre hombres que tenían dos opciones: terminar muertos o como vencedores.

De acuerdo con el investigador en historia, Rónald Mora, esta práctica era más común en Europa, aunque en Costa Rica se registraron varios casos.

Antes de continuar hay que tener claro que estas contiendas se generaban porque algún hombre insultaba al otro. Cuando no llegaban a un acuerdo por las buenas, lo que correspondía eran los balazos.

Por lo general se hacían en un lugar solitario y cada retador debía caminar unos 30 metros de espalda al otro, al terminar se volvían y empezaba el concierto de disparos.

A los duelistas los acompañaban sus padrinos, estos eran los encargados de vigilar que ninguno se volteara antes de tiempo, si lo hacían lo mataban a plomo por tramposo.

Uno de los duelos más famosos en nuestro país ocurrió el 11 de agosto de 1883. Los protagonistas fueron León Fernández Bonilla, director del Archivo Nacional y Eusebio Figueroa, canciller de Relaciones Exteriores.

Según Mora, ambos tuvieron una diferencia por una propuesta que hizo Figueroa para la creación de un banco agrícola, ya que quienes lo iban a financiar eran los campesinos.

Esto molestó a Fernández quien por medio de una carta anónima reprochó la idea, pues los campesinos no tenían el dinero suficiente para financiar la idea.

Entonces Figueroa le solicitó que se retractara, porque de lo contrario iba a retarlo a un duelo.

“El duelo se dio a la par del río Torres, frente al hotel San José Palacio, en el primer intento ninguno se logró herir. Don Eusebio le pidió a los padrinos que la distancia del disparo fuera más corta. En el segundo intento don León tuvo más puntería y lo mató”, explicó.

Mora comentó que en este tipo de enfrentamientos si uno mataba al otro no se consideraba un delito, era una situación de “honor”.

Por esta razón, León Fernández no fue encarcelado; sin embargo, murió 3 años después a manos del hijo de Figueroa, quien cobró venganza.

“Don León estaba en la estación del Atlántico en San José, en eso llegó Antonio Figueroa, hijo de don Eusebio y preguntó quién era León Fernández, como era tan conocido todos lo señalaron y le disparó cinco veces por la espalda. León fue llevado a una casa donde lo estabilizaron, pero murió cinco días después”, contó el historiador.

Cabe decir que actualmente las cosas son diferentes. De acuerdo con el abogado penalista, Javier Vargas, en caso de que alguien mate a otro en un duelo se expone a una pena de prisión que va de 12 a 18 años por el delito de homicidio. En caso de que alguno resulte herido, la condena será como máximo de 12 años.

Entre los combates más comunes, destacaban los que eran provocados por las mujeres.

En 1842 (se desconoce el mes), Juan Rafael Mora, quien fuera presidente de Costa Rica en cuatro ocasiones, y Juan Manuel Quirós se retaron por el amor de una mujer.

Quien matara al otro iba a tener el camino abierto para enamorarla. El duelo se dio en Puntarenas; sin embargo, ambos pactaron que primero iba a disparar uno y luego el otro.

“Don Juan Manuel usaba un bastón, a él le tocó disparar de primero y falló. Cuando le tocó el turno a don Juanito, en un acto de caballerosidad, le disparó al bastón y ninguno resultó herido”, recordó Mora.

En el año 1907 se generó un hecho atípico en este tipo de peleas. Agustín Guido Alvarado era diputado y en una de las sesiones que se llevaron a cabo en el Congreso criticó al ejercito nicaragüense por una supuesta invasión a territorio nacional.

Entre el público había un general de ese país, quien se sintió ofendido, por lo que no dudó en retar al político.

“Este militar le dijo a don Agustín que en la noche lo iba a ir a buscar, pero el diputado no aguantó nada y le dijo que eso lo iban a resolver de una vez. Se fueron a San José centro y se retaron, pero no fue con un arma de fuego, fue con machete. Cuando todos se dieron cuenta el militar ya no estaba, huyó”, dijo el historiador.

En 1955, don Pepe Figueres fue retado por el dictador nicaragüense Anastasio Somoza a un duelo, el cual tendría lugar en Peñas Blancas, justo la frontera con Nicaragua.

Al parecer, todo inició cuando Figueres llamó al gobernante vecino "gánster (miembro de una banda de malhechores) de la política internacional”, ya que mientras él se llenaba los bolsillos de dinero, su pueblo padecía hambre.

A pesar de esto, la confrontación nunca se dio. Para tranquilidad de don Pepe, Somoza murió un año después.

Bryan Castillo

Periodista

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