En Costa Rica decenas de conductores son multados a diario, especialmente por imprudencias como estacionar en línea amarilla, sacar el carro cuando tienen restricción, exceso de velocidad, entre otro montón de razones.
Los montos de estos partes varían; sin embargo, hay una metida de patas que le podría costar poco más de ¢27 millones. ¡Sí, así como lo lee!
No lo estamos vacilando, así que ponga cuidado para que entienda cómo está el arroz. Resulta que este lunes a las 11 de la mañana, el presidente Carlos Alvarado en compañía de funcionarios del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) y del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) inauguraron 23 agujas en la ruta San José – Cartago para evitar que uno que otro “distraído” choque con el tren.
Pero como era de esperarse, tan solo seis horas después ocurrió el primer percance, específicamente en las cercanías de la Antigua Aduana, ahí un chofer irrespetó la señal y se trajo abajo la aguja.
Pero le podríamos dar el beneficio de la duda y decir que es normal que ocurra una vez, pero aunque parezca difícil de creer, la mañana de este miércoles ocurrió lo mismo en ese lugar; sin embargo, en esa oportunidad se trató de una conductora.
Ambos choferes fueron multados con ¢52.227,43 por no darle prioridad al ferrocarril, pero la cuenta les puede subir ya que deben esperar a que la Dirección de Ingeniería de Tránsito valore los daños que causaron. Ahí es donde la cosa se puede poner color de hormiga.
Diego Rugama, jefe del Departamento de Semáforos de ese órgano, aseguró a La Teja que el costo puede variar, todo depende de qué tan fuerte haya sido el impacto.
Por ejemplo, si usted solo le dio a la aguja, tendrá que pagar entre ¢200 mil y ¢350 mil.
Ahora, si la caballada fue tan grande que deterioró la barrera que sostiene a las agujas (están al lado derecho de la calle), tendrá que sacar de su bolsillo ¢9 millones. ¡Auch!
Pero ahí no termina la jugada, la factura aumentaría todavía más si alguien destruye el controlador del sistema ya que cuesta poco más de 18 millones de colones.
“Este sistema es el encargado de que las agujas suban y bajen cuando el tren está pasando, es como el cerebro de todo y es la pieza más cara”, comentó.
Si usted se paseó en la aguja y todo el sistema entonces sume los costos y ahí están los poco más de ¢27 millones, o sea, mejor maneje como se debe y anda con cuidado para evitar algo así.
Rugama explicó que para realizar el cobro primero deben hacer la evaluación para luego proceder por la vía judicial.
“El tiempo para cobrar este dinero no lo tenemos porque venimos empezando con esto, pero podría tardar apenas unos meses”, detalló.
En total se instalarán 91 agujas en todo el país durante enero, hasta el momento solo están funcionando 23.
Lamentablemente este miércoles, en Taras de Cartago, específicamente en las cercanías de Vicesa, se robaron una aguja que ya fue reportada por la presidenta ejecutiva del Incofer, Elizabeth Briceño.
Castigo más caro que el carro
El vehículo que manejaba la conductora que irrespetó la señal este miércoles tiene un precio que no se compara con la multa que tendría que pagar si alguien se echa todo el sistema de agujas.
Según supimos, el carro es modelo 2017 y está valorada en $14 mil, unos ¢8.5 millones, es decir, ni entregando la nave como pago quedaría bien, pues la totalidad de los daños sería de ¢27 melones.
Mario Chacón, jefe de operaciones especiales de Tránsito, fue claro en decir que es mejor ser paciente antes de exponerse a pagar una dolorosa “multa”.
“El daño material se repone, pero ante una situación de crisis como la que vive el país no nos debemos exponer a este tipo de gastos solo por no hacer lo que dice el manual de conductor, que es respetar la señalización”, comentó.
Pese a que es repetitivo, Chacón aconsejó a los conductores esperar a que el tren pase, ya que ante cualquier situación, el que pega con la locomotora es quien tiene la culpa.
“Los consejos son los mismos. Lo que cambia es que ahora cuando el tren se acerca a unos 200 metros, el dispositivo que está en los cruces emite un sonido, esa es una advertencia para que la persona que está manejando se detenga, pero además de eso, el semáforo que está a un lado también da una indicación para detenerse cuando se pone en rojo y por último baja la aguja. Todo eso ya se sabe, pero la gente no quiere hacer caso y por eso pasan estas cosas”, comentó.
Al igual que cualquier accidente, si usted pega contra estos dispositivos puede apelar, pero le recordamos que está muy difícil que la gane.