Daniel Salas, ministro de Salud, dejó muy mal parados a los diputados durante la comparecencia que realizó el lunes pasado en la Asamblea Legislativa y a uno de los que le fue peor fue a Erick Rodríguez.

Los congresistas le pidieron cuentas a Salas por el manejo de la pandemia y por la campaña de vacunación, pero como dice el dicho, fueron por lana y salieron trasquilados.

Rodríguez Steller, como es su costumbre, le levantó la voz al ministro y por esa exaltación la mascarilla que andaba puesta, y que le quedaba floja, le empezó a bailar dejando descubierta la nariz, dando un claro ejemplo de cómo no se debe usar el tapabocas.

Salas, con toda la paciencia del mundo, esperó a que Rodríguez terminara el berrinche, le respondió la pregunta que le hizo con toda propiedad y, para terminar de “ponerse las gafas”, lo mandó a usar la mascarilla como se debe.

“...Y una muy respetuosa sugerencia señor diputado, consiga una mascarilla que le ajuste mejor, porque esa expone a los diputados que están alrededor suyo”, le tiró el ministro Salas al legislador independiente, quien tras 15 meses de pandemia no ha logrado entender algo tan básico.

Como era de prever, el humor tico no se hizo esperar y horas más tarde comenzó a circular un video con el amable recordatorio.

Tiene cola

Aunque el ministro hizo el llamado de forma ecuánime y respetuosa, no dudamos que debió sentir una satisfacción interna por poder corregir al diputado que el 27 de agosto del año pasado hizo un comentario reprochable contra el papá de Salas, quien en ese momento luchaba por su vida y falleció 20 días después.

“El Supermán Salas no dio pie en bola, hasta el papá se le enfermó”, dijo Rodríguez en aquella ocasión y no contento con ello, agregó: “Si así cuida al padre, Dios mío, ¿cómo nos cuidará a nosotros?, ¡qué peligroso!”, terminó de decir.

Al final, el doctor Salas le demostró cómo cuida a los demás, sin importar lo groseros que hayan sido con él.

Cuando a Rodríguez se le consultó, en agosto del año pasado, si se arrepentía por lo que dijo del ministro y de su señor padre, mantuvo su posición, ya que la consideraba correcta.

La que sí mostró desaprobación, en aquel momento, por las palabras de su compañero fue la diputada Zoila Rosa Volio.

Mientras Rodríguez decía lo del papá del ministro, ella movía su cabeza como diciendo que no, incrédula por lo que estaba escuchando.

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