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Dedicado del tope suma cuatro décadas de pasión por los caballos

El dedicado le contó a La Teja que buscará la forma de hacer de esta fiesta más democrática para que todos los que aman los caballos puedan participar

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Don José Manuel Agüero celebró este miércoles 40 años de participar en el tope de San José. Foto: Rafael Pacheco (Rafael PACHECO GRANADOS)

Un veterano de los topes se puso este año la cinta de dedicado. Se trata de don José Manuel Agüero, un ingeniero que durante cuarenta años ha sido parte del desfile de San José.

Aunque este año desfiló en una volanta en lugar de un caballo, eso no le quitó energía y se apuntó a la fiesta cantando a todo galillo la canción “El Rey”

En esa carreta iba bien acompañado con Gabriela, Sofía, Antonia y Victoria, sus cuatro nietas, y nos regaló unos minutos para contarnos cómo ha sido participar por tantos años de esta tradicional actividad.

¿De dónde es usted?

Soy de Cartago, pero vivo en San José y la finca está en Heredia, o sea, es una trilogía muy linda.

¿Hace cuánto crían caballos?

Hace 42 años comenzamos con caballos hagnes y caballos criollos, hoy estamos dedicados a los caballos españoles en la Ganadería Guararí.

¿Cuál fue su primer tope?

La primera experiencia mía de un tope fue en 1978 con un caballo que le compré a Fernando Batalla Esquivel, se llamaba Dulzón Tercero, un caballo español de un color negro muy dificil de encontrar en caballos españoles. Fue mi primera inversión en caballos, en esa época no tenía plata, con los años fui comprando más pero nunca pasé de los 25 caballos en mi ganadería. El caballo nos acompañó durante 15 años en muchos topes y hasta mis hijos lo montaron.

¿Qué otros animales tuvo en estos cuarenta años?

Tuvimos otro de raza hackney, ese también lo montamos en muchos topes. También tenemos de la raza Ibérico y nos gusta criar burritos, aunque esos no los sacamos, son hijos de una burra que se llama Panchita.

¿Cómo cambió el tope en cuarenta años?

El tope que a mí me gustaba era el que salía de La Sabana, el tradicional que terminaba en Plaza Víquez, aunque hoy me gustó el recorrido, somos animales de costumbres y así fue por más de treinta años, por eso uno lo ve diferente.

¿Por qué no iba a caballo esta vez?

Don José iba muy bien acompañado con cuatro nietas. Foto: Rafael Pacheco (Rafael PACHECO GRANADOS)

Estuve entrenando para salir en caballo, hay que practicar para hacer un buen papel, pero tuve un desgarro en la pierna y no pude montar, así que salí con mis nietas en esta volanta manejada por un vaquero, no es la primera vez, ya lo he hecho en otras cuatro o cinco ocasiones.

¿Qué cosa cambiaría para retomar lo bueno del pasado?

Democratizaría más la actividad, yo aplaudo que se haga para ayudar a las personas necesitadas, pero me gustaría ver que más gente que no tiene plata para pagar la inscripción tenga opciones para participar.

¿Cree que la gente sigue amando el tope?

El amor al caballo en Costa Rica no se ha perdido, eso está en el corazón del pueblo. Es una cosa muy general del campesino, ese arraigo de los ticos que hace que algunos tengan caballos muy caros, pero que inclusive los más humildes también tengan su bestia.

¿Se maltratan animales en un tope?

Soy enemigo del maltrato de los animales, soy animalero. No confundamos la gordura con la hinchazón, un caballo nunca se debe maltratar y el que lo hace comete un error. Montar un caballo, ensillarlo y ponerle el freno no es maltrato animal, inclusive la fusta (correa) no es para maltratar, sino una batuta con la que se guía al caballo.

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